Nueva York, 7 de enero (EFE).- El presidente saliente Donald Trump ha hablado recientemente con varios colaboradores sobre la posibilidad de perdonarse a sí mismo de forma preventiva, con el fin de eludir posibles investigaciones una vez abandone la Casa Blanca, según informó este jueves The New York Times (NYT).

El diario, que cita a dos fuentes anónimas con conocimiento de las conversaciones, señala que Trump ha sacado el asunto a relucir en varias ocasiones desde su derrota electoral y ha preguntado a miembros de su equipo sobre los efectos jurídicos y políticos que podría tener la medida.

Según el NYT, no está claro si el mandatario volvió a abordar la cuestión después del asalto de sus simpatizantes al Capitolio este miércoles, que se produjo después de que el propio Trump les animase a ir a la sede del legislativo para denunciar un supuesto fraude electoral que clama sin aportar pruebas.

Que un presidente se perdone a sí mismo sería algo inédito en la historia de Estados Unidos, pero Trump ya ha hablado en público repetidamente sobre esa opción, defendiendo que tiene el "derecho absoluto" a hacerlo, algo que cuestionan numerosos expertos.

El líder republicano planteó esa opción especialmente durante la investigación de la llamada trama rusa, que indagó los supuestos lazos entre Rusia y su campaña en las elecciones de 2016.

El caso se cerró sin que Trump fuese acusado de ningún delito por unas normas del Departamento de Justicia que establecen que un jefe de Estado no puede ser imputado mientras está en el poder.

Sin embargo, el fiscal especial del caso, Robert Mueller, insistió en todo momento en que el mandatario no fue exonerado, lo que hace que potencialmente pueda ser enjuiciado cuando deje la Casa Blanca.

Según algunos analistas, Trump podría enfrentarse también a algún tipo de responsabilidad ante la Justicia por haber presionado a la máxima autoridad electoral de Georgia para que manipulara los resultados de los comicios de noviembre o por incitación a la violencia en el asalto al Capitolio.

Tras su derrota en las elecciones, Trump ya perdonó al general Michael T. Flynn, su primer asesor de seguridad nacional y quien se declaró culpable de haber mentido al FBI sobre sus contactos con agentes rusos, y a otras dos personas implicadas en la misma trama.

Además, según el NYT, el presidente saliente está considerando perdones preventivos para varios miembros de su familia -incluidos sus hijos Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump-, para el marido de esta última y asesor de la Casa Blanca, Jared Kushner, y para otras figuras cercanas como el abogado de Trump, Rudolph Giuliani.

Los perdones presidenciales se aplican a los casos federales, por lo que no afectarían a investigaciones por posibles violaciones de leyes estatales, como la que hay abierta en Nueva York contra Trump por supuestas irregularidades financieras de su empresa.

En toda la historia, el único presidente estadounidense que recibió un perdón fue Richard Nixon, que lo obtuvo del que fuera su vicepresidente, Gerald Ford, un mes después de dejar el poder y cubriendo todos los posibles crímenes cometidos durante su Presidencia, marcada por el escándalo del "Watergate".

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No está del todo claro si lo hizo debido a la polémica generada por su sugerencia respecto a los desinfectantes: algunos periodistas presentes en la sala de prensa recordaron que la Casa Blanca acababa de enzarzarse en un nuevo rifirrafe con la cadena CNN

Washington, 24 de abril (EFE).- El presidente Donald Trump concluyó este viernes sin aceptar ninguna pregunta su rueda de prensa diaria, un gesto sin precedentes desde que empezó la crisis del coronavirus que llegó después de 24 horas de polémica por su sugerencia de inyectarse desinfectante para tratar la enfermedad.

La abrupta conclusión de la rueda de prensa después de las declaraciones iniciales de Trump y su equipo llegó entre rumores de que el presidente se plantea dejar de celebrar esas ruedas de prensa diarias, que se han convertido en lo más parecido a los mítines que usaba para conectar con sus votantes antes de la crisis.

Después de exaltar como acostumbra la labor de su Gobierno para contener la pandemia y de dar paso al vicepresidente Mike Pence y al director de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés), Stephen Hahn; Trump abandonó abruptamente la sala de prensa de la Casa Blanca, seguido por los miembros de su equipo.

No está del todo claro si lo hizo debido a la polémica generada por su sugerencia respecto a los desinfectantes: algunos periodistas presentes en la sala de prensa recordaron que la Casa Blanca acababa de enzarzarse en un nuevo rifirrafe con la cadena CNN, y especularon con la posibilidad de que fuera ese el motivo de su decisión.

Poco antes de que empezara la rueda de prensa, la Casa Blanca pidió a uno de los periodistas presentes que cambiara su asiento con la corresponsal de la CNN para que esta se sentara más lejos del podio, algo a lo que ambos reporteros se negaron, y la Asociación de Corresponsales medió para impedir que se produjera el trueque.

Sin embargo, la conferencia de prensa llegó también en un momento de fuertes tensiones con los medios, a los que la Casa Blanca acusa de haber "sacado de contexto" los comentarios de Trump este jueves, en los que propuso que se investigara la posibilidad de tratar el coronavirus "inyectando desinfectante" en el cuerpo humano.

Trump intentó defenderse este viernes al afirmar, horas antes de la rueda de prensa y desde el Despacho Oval, que había hecho esos comentarios "sarcásticamente".

De acuerdo con la publicación Axios, Trump está planteándose dejar de celebrar las ruedas de prensa a diario, y quizá aparecer ante la prensa solo cuando haya "victorias" que anunciar.

Varios de sus asesores le han dicho que "el espectáculo" diario de las ruedas de prensa "no le está ayudando", y que es parte de la razón por las que las encuestas no le favorecen en la contienda contra el probable candidato demócrata en las elecciones de noviembre, Joe Biden, según Axios.

Ese medio indicó que el debate sobre cortar las ruedas de prensa ya estaba activo antes de que Trump hiciera sus comentarios sobre los desinfectantes, pero la polémica al respecto parece haber convencido al mandatario de que hay que hacer cambios.

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El mandatario señaló que esta suspensión "es algo triste" para el país, aunque agregó que tomará alguna "alternativa" al respecto. "Tendremos una respuesta para Nancy Pelosi a su debido tiempo", agregó.

Washington, 23 ene (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, informó este miércoles que su discurso anual sobre el Estado de la Unión, previsto para el próximo martes, ha sido "cancelado", y acusó a la titular de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, de no querer "escuchar la verdad".
"El Estado de la Unión ha sido cancelado por Nancy Pelosi porque no quiere escuchar la verdad", afirmó Trump en un acto en la Casa Blanca, tras el anuncio de la líder demócrata de que no permitiría el discurso hasta que termine el cierre parcial de la Administración, que se prolonga ya por más de un mes.
El mandatario señaló que esta suspensión "es algo triste" para el país, aunque agregó que tomará alguna "alternativa" al respecto.
"Tendremos una respuesta para Nancy Pelosi a su debido tiempo", agregó.
Trump señaló que la presidenta de la Cámara Baja teme "a los radicales demócratas" y calificó de "terrible lo que está ocurriendo en ese partido".
El mandatario respondía así al anuncio de la líder demócrata esta mañana de que no considerará adoptar una "resolución" para autorizar el discurso en la Cámara de Representantes "hasta que el Gobierno sea abierto".
"Una vez más, espero darle la bienvenida en una fecha de mutuo agrado para este discurso una vez se haya abierto el gobierno", subrayó la líder demócrata.
La relación entre la presidenta de la Cámara de Representantes y el mandatario se ha tensado notablemente, con reproches y desplantes mutuos, como consecuencia del bloqueo político que mantiene el cierre parcial de la Administración, que ha cumplido ya un mes.
Tras la sugerencia de Pelosi de aplazar el tradicional discurso sobre el Estado de la Unión, que el presidente ofrece todos los años ante una sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso, por el cierre parcial de la Administración y cuestiones de seguridad, Trump replicó cancelando un viaje de la líder demócrata a Afganistán.
Este fin de semana, el mandatario ofreció extender dos programas migratorios cancelados por él mismo, la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS) para refugiados extranjeros, a cambio de los 5.700 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México para reabrir la Administración.
El Senado prevé votar este jueves dos propuestas, una demócrata y otra republicana, para poner fin al cierre, el más largo que ha enfrentado Estados Unidos desde 1976, que ha obligado a suspender las actividades en varias agencias federales y ha afectado a unos 800.000 empleados, muchos de los cuales deben trabajar sin recibir su pago.
Ambas iniciativas tienen pocas probabilidades de salir adelante, debido al choque frontal entre republicanos y demócratas.

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Resignado a que el Congreso no apruebe los fondos tras dos años en el poder y sin el capital político para forzar otro cierre administrativo, la Casa Blanca anunció que Trump buscará el dinero para el muro en otro sitio, concretamente a través de una declaración de emergencia nacional.

Washington, (EFE).- El presidente Donald Trump firmará la ley de presupuestos aprobada por el Congreso y declarará el estado de emergencia nacional, lo que le permitirá recurrir a diversas partidas presupuestarias para financiar la construcción del muro con México, según confirmó la Casa Blanca.
"El presidente Donald Trump firmará la ley presupuestaria del Gobierno y, tal y como ya dijo, tomará además otras medidas ejecutivas -incluida la declaración de emergencia nacional- para asegurar que se pone fin a la crisis humanitaria y de seguridad en la frontera", señaló la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado emitido.
Trump tiene este proyecto de ley de presupuestos en su escritorio listo para ratificar desde que esta noche la Cámara de Representantes lo aprobara por 300 síes 128 noes después del previo voto en el Senado, con 83 a favor y 16 en contra.
Se trata de un proyecto presupuestario de 333.000 millones de dólares pactado entre demócratas y republicanos que servirá para financiar una cuarta parte de la Administración hasta otoño.
A falta de la ratificación de Trump, con este proyecto se evitará que este 25 % de la Administración se vea forzada a volver a cerrar tres semanas después del fin del "shutdown" más largo de la historia del país, que duró 35 días entre diciembre y enero.
El pulso entre Trump y los demócratas en el Congreso para que el Legislativo aprobara 5,700 millones de dólares para construir 200 millas (unos 322 kilómetros) de muro con México lo ganó aparentemente la oposición.
Trump tan solo logró arrancar 1,375 millones de dólares que servirán para sufragar 55 millas (unos 88,5 kilómetros) de barreras en la extensa frontera mexicoestadounidense.
Resignado a que el Congreso no apruebe los fondos tras dos años en el poder y sin el capital político para forzar otro cierre administrativo, la Casa Blanca anunció que Trump buscará el dinero para el muro en otro sitio, concretamente a través de una declaración de emergencia nacional.
Esta declaración otorga temporalmente al presidente un poder especial para hacer frente a una crisis.
Bajo la emergencia nacional, Trump podrá desviar los fondos de otras partidas presupuestarias ya autorizadas por el Congreso y dedicarlos a su proyecto fronterizo.
Las leyes existentes permitirían, por ejemplo, que se usaran fondos del Pentágono para construir el muro, si se justifica como necesario para la defensa nacional.
Según informes de prensa, la Casa Blanca también evalúa recurrir a fondos de ayuda para desastres aprobados para California y Puerto Rico, algo controvertido dado que esta isla aún se recupera del impacto del huracán María en 2017.
Sin embargo, los tribunales podrían tener la última palabra en el asunto ya que los líderes demócratas en el Congreso han definido los planes de Trump como "un abuso flagrante de los poderes presidenciales", y varios grupos progresistas preparan demandas judiciales para invalidar la declaración de emergencia.
En las 58 emergencias nacionales declaradas hasta la fecha, la mayoría respondía a problemas internacionales y estaban destinadas a justificar la imposición de sanciones, aunque también hay precedentes de recurrir a la medida para un asunto nacional.
El expresidente Barack Obama lo hizo durante la epidemia de gripe A en 2009, igual que George W. Bush tras el huracán Katrina en 2005.
La portavoz, Sarah Sanders, dijo que la Casa Blanca está "muy preparada" para defenderse en caso de que haya demandas legales contra el Gobierno de Trump por su declaración de una emergencia nacional, pero afirmó que no cree que las haya porque "el presidente está haciendo su trabajo".
El asunto podría llegar de aquí unos meses al Tribunal Supremo, donde hay una mayoría de jueces conservadores, dos de ellos nombrados por Trump.

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"Hoy voy a firmar una emergencia nacional (para conseguir fondos para el muro) (...) porque estamos hablando de una invasión de nuestro país con drogas, con tráfico de personas", dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. "Anticipo que me demandarán", vaticinó el presidente, asegurando que, con todo y eso, "ganaremos".

Washington, 15 feb (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, citó este viernes una supuesta "invasión" a Estados Unidos con "drogas y tráfico de personas" para justificar su recurso a una declaración de "emergencia nacional" para reunir unos 8,000 millones de dólares para financiar la construcción de un muro en la frontera con México.
"Hoy voy a firmar una emergencia nacional (para conseguir fondos para el muro) (...) porque estamos hablando de una invasión de nuestro país con drogas, con tráfico de personas", dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
"Tenemos la oportunidad de acercarnos a 8,000 millones de dólares, y con eso vamos a construir mucho muro", prometió.
Trump precisó que rubricaría ese decreto en cuanto terminara la rueda de prensa, y aseguró que prevé que la oposición demócrata le "demande" ante los tribunales para bloquear la medida, aunque pronosticó que ganará la batalla judicial.
"Anticipo que me demandarán, aunque no deberían demandarme", afirmó el mandatario, y agregó que el litigio acabará seguramente en el Tribunal Supremo, como ocurrió con la pugna judicial sobre su veto migratorio contra los ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
"Lo que pasará, tristemente, es que nos demandarán, tristemente habrá un proceso (judicial), y felizmente, ganaremos", subrayó.
La declaración de emergencia nacional permite a los presidentes acceder a una prerrogativa temporal y especial para hacer frente a una crisis, y la oposición demócrata considera que Trump está abusando de su poder al recurrir a ello para reunir fondos, dado que el Congreso tiene la potestad exclusiva en materia presupuestaria.
Según la Casa Blanca, el recurso de Trump a esa medida ejecutiva le permitiría desviar 6.600 millones de dólares en otras partidas presupuestarias de los Departamentos del Tesoro y de Defensa para dedicarlos a la construcción de una barrera fronteriza.
Junto a los 1,375 millones aprobados por el Congreso, la Casa Blanca conseguiría así casi 8.000 millones de dólares, con los que busca erigir unos 376 nuevos kilómetros (234 millas) de una barrera fronteriza que estaría formada por postes de acero, y no sería, por tanto, un muro de hormigón.
Trump aprovechó además su discurso para "agradecer al presidente" de México, Andrés Manuel López Obrador, por su "ayuda con las monstruosas caravanas (de inmigrantes indocumentados) que han ido viniendo" hacia Estados Unidos desde Centroamérica, atravesando territorio mexicano.
El mandatario también reiteró que le gustaría firmar "una reforma migratoria sustancial", pero solo hizo referencia a sus prioridades -como la de acabar con el proceso por el que los residentes permanentes en EE.UU. pueden ayudar a sus familiares a emigrar al país- y no a una posible regularización de los indocumentados.

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Horas antes de que comenzaran las redadas masivas anticipadas por medios locales en diez ciudades del país, Trump decidió esperar "dos semanas" para que demócratas y republicanos planteen soluciones a la situación en la frontera con México.

Washington, 23 jun (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió este sábado dar un compás de espera a las deportaciones, cuyo anuncio puso en alerta a dirigentes y organizaciones mientras los inmigrantes preparan planes para encarar esa amenaza.
Horas antes de que comenzaran las redadas masivas anticipadas por medios locales en diez ciudades del país, Trump decidió esperar "dos semanas" para que demócratas y republicanos planteen soluciones a la situación en la frontera con México.
"A solicitud de los demócratas, he retrasado el Proceso de Remoción de Inmigración Ilegal (Deportación) por dos semanas para ver si demócratas y republicanos pueden reunirse y encontrar una solución a los problemas de asilo y los vacíos legales en la frontera sur", escribió Trump en Twitter.
Pero advirtió: "si no, comienzan las deportaciones".
Previamente, el gobernante amenazó con deportar a quienes entren ilegalmente al país y se quejó de que personas con orden de deportación "han huido de la ley y han huido de los tribunales".
La sorpresiva decisión fue antecedida por un pedido de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien llamó a suspender las redadas "sin corazón" y advirtió que "inyectarán el terror" en el país.
Pelosi recordó a Trump que así como "habló sobre la importancia de evitar el daño colateral de 150 vidas en Irán" cuando desistió de un ataque en ese país en respuesta al derribo el jueves de un dron estadounidense, hiciera lo mismo para evitar "el daño colateral a decenas de miles de niños que están asustados por sus acciones".
La jefa de la Cámara Baja se sumó a numerosas voces que rechazaron el anuncio de las redadas, entre ellas la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien calificó este viernes de "despreciable acto de racismo y xenofobia" esas acciones.
Preocupados por la situación, un grupo de inmigrantes se reunió este sábado en Fairmount Heights, un pueblo del estado de Maryland, para conocer sus derechos y qué hacer si un agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) toca a su puerta.
"El objetivo es cuidar y mantener a las familias integradas", explicó a Efe Morena Zelaya, una delegada comunitaria salvadoreña de la organización CASA, que recomendaba a los asistentes "educarse", "guardar silencio" y "tener un plan".
"A veces son dos personas indocumentadas con tres niños, entonces es (tener) un plan, o sea, qué va a pasar si a mí me agarran, dónde van a ir estos niños (...) un número de teléfono de un abogado y un número de teléfono de un familiar al que pueda usted llamar para que esta persona sepa qué hacer", complementó.
Para Zelaya, la amenaza de deportación no afecta solo a los indocumentados sino a los solicitantes de asilo, los jóvenes "soñadores" del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y los beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS).
Junto a ella, Tania Reina, una abogada de especializada en migración de CASA nacida en Perú, explicaba la importancia de "saber sus derechos" y recomendaba que en caso de que un agente migratorio toque a su puerta no abrirla y asegurase que haya una orden de registro.
"Si un familiar no llega a casa, la familia tiene que saber qué hacer", comentó Reina, quien apuntó que aprenderse de memoria el teléfono de un abogado puede ser clave para un inmigrante si enfrenta a una detención.
Los asistentes al encuentro, folletos en mano impresos en español e inglés, y con cara de preocupación, intentaban entre tanto resolver varias de sus interrogantes.
Angélica, una mexicana con ya 22 años en EE.UU., relató a Efe que es la única de su familia angustiada por las deportaciones, ya que sus hijos son nacidos en el país y su esposo tiene permiso de trabajo.
"Ahora es más terrible que nunca. Antes no se vivía con este temor, antes no se hablaba de tantos arrestos (...) Ahora somos el target, el punto, del presidente para atacar, antes no era así, andaba uno muy tranquilo, pero ahora es totalmente diferente", dijo.
Marvin del Valle, un guatemalteco que desde hace cinco años reside en el país y que hoy llegó con un bebé de apenas un mes de nacido en sus brazos y junto a su esposa, declaró a Efe que el anuncio de las redadas le cayó "como una bomba".
Este joven, quien se dedica a cortar árboles, césped y al arreglo de patios, no ocultó su temor de que por su trabajo deba viajar hasta dos horas.
Consultado lo que le diría al presidente Trump, admitió que no aspiraría a pedirle que legalice a los inmigrantes, pero sí "por lo menos déjennos tranquilos trabajando". 

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"Iremos al Tribunal Supremo. Queremos que pare todo el proceso de votación", anunció Trump hacia las 2:30 de la mañana del miércoles, desde la Casa Blanca, al tiempo de declararse ganador de las elecciones.

Washington/Wilmington, 4 de noviembre (EFE).- El presidente Donald Trump denunció este miércoles un "fraude" electoral sin aportar pruebas y amenazó con recurrir al Tribunal Supremo para detener el recuento de votos, mientras su rival, Joe Biden, pedía paciencia hasta tener los resultados, algo que puede llevar días.

La desafiante declaración de Trump cerró una noche electoral marcada por la incertidumbre, con el recuento aún en marcha en al menos cinco estados clave y sin que ninguno de los dos candidatos alcanzara el mínimo de 270 delegados que dan las llaves de la Casa Blanca.

"Iremos al Tribunal Supremo. Queremos que pare todo el proceso de votación", anunció Trump hacia las 2:30 de la mañana del miércoles (6:30 GMT) desde la fiesta organizada en la Casa Blanca para unos 150 invitados.

Trump proclamó que él ya había "ganado las elecciones", algo falso puesto que la situación está muy ajustada en varios estados. Además, aseveró que se había cometido un "fraude al pueblo estadounidense" sin aportar pruebas de que se esté interfiriendo en los procedimientos legales de votación.

El mandatario tampoco aclaró cómo se habría materializado ese fraude, más allá de afirmar que la oposición estaba "tratando de quitar el derecho al voto" a sus simpatizantes, algo de lo que tampoco hay pruebas.

RESULTADOS PENDIENTES

Sus declaraciones llegaron después de que los estados clave de Pensilvania, Michigan y Wisconsin avisaran de que necesitarían más horas, e incluso días, para contar todos los votos, debido en parte al aumento del sufragio por correo a raíz de la pandemia.

Cuando Trump habló, tampoco estaban claros los resultados en otros dos estados clave, Georgia y Carolina del Norte, y sus palabras confirmaron los temores de muchos estadounidenses de que el mandatario aceptara un recuento que se extendiera más allá de la noche electoral, como lleva semanas advirtiendo.

Desde hace meses, ha sembrado desconfianza en el voto por correo -a pesar de que no hay pruebas de que se pueda llevar a un fraude generalizado-, y el pasado domingo adelantó que planeaba iniciar un litigio en el estado clave de Pensilvania si éste era ajustado.

La campaña de Trump ha cuestionado los procedimientos establecidos en Pensilvania, donde serán válidos los votos por correo que se reciban en los tres días posteriores a este martes, siempre que el matasellos confirme que fueron enviados dentro del plazo legal.

"Para mí, este es un momento muy triste, y ganaremos esto. En lo que me concierne, ya hemos ganado", afirmó este miércoles Trump, poco antes de dar la palabra a su vicepresidente, Mike Pence, quien le contradijo al comentar que esperaba que, una vez completado el recuento, los resultados les darían la victoria.

BIDEN EXPRESA OPTIMISMO

El discurso de Trump contrastó con el que dio dos horas antes su rival demócrata, quien compareció brevemente junto a su esposa, Jill, para pedir a sus seguidores que "mantengan la fe" y esperen con paciencia los resultados.

"Como he dicho muchas veces, no es mi responsabilidad o la de Donald Trump declarar quién ganó estas elecciones, eso lo deciden los estadounidenses, pero soy optimista sobre el resultado", aseguró Biden desde Wilmington (Delaware), donde reside.

El Partido Demócrata confía en que, cuando acabe el recuento, Biden tenga en torno a 290 votos electorales, veinte más de los necesarios para proclamarse presidente de los Estados Unidos.

No obstante, la sensación que quedó en el Chase Center de Wilmington, que llevaba todo el día preparándose para acoger en un aparcamiento la posible fiesta de celebración de la victoria, tuvo un regusto amargo.

Tras menos de diez minutos de discurso de Biden, todo el mundo se marchó a casa después de esperar durante horas en sus vehículos y manteniendo la distancia social.

NINGUNO LLEGA A 270

A falta de que se conozcan resultados o proyecciones de los medios de comunicación en Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Arizona y Alaska, Biden suma al menos 236 compromisarios en el Colegio Electoral, frente a los 213 que ha acumulado Trump, en su objetivo común de llegar a los 270 que dan la victoria.

Según las proyecciones mediáticas, Biden será el primer demócrata en ganar Arizona en unas elecciones a la Casa Blanca desde 1996, mientras que Trump dejó claro su dominio en el estado clave y rico en delegados de Florida, impulsado en parte por el voto de muchos estadounidenses de origen cubano y venezolano.

Como hace cuatro años, la ruta hacia la Casa Blanca de cualquiera de ellos pasará necesariamente por los estados clave de Pensilvania, Michigan en Wisconsin, que en 2016 impulsaron a Trump al poder por un estrecho margen de apenas 70.000 votos en total.

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