Previamente, el mandatario publicó un mensaje en Twitter en el que aseguraba que "a Goya le está yendo muy bien" y criticaba que "la máquina de difamar de la Izquierda Radical ha tenido resultados contraproducentes, la gente está comprando como locos".

Washington, 15 de julio (EFE).- El presidente Donald Trump se sumó este miércoles a la polémica en Estados Unidos al promocionar la marca de alimentos de origen hispano Goya Foods, en medio del boicot lanzado por parte de la comunidad latina en contra de esa empresa después de que su consejero delegado, Robert Unanue, alabara el liderazgo del gobernante.

En una muestra de apoyo a la compañía, Trump publicó este miércoles en la red social Instagram una foto suya en la Casa Blanca, sonriente y con varios productos de la marca, entre ellos los frijoles.

Previamente, el mandatario publicó un mensaje en Twitter en el que aseguraba que "a Goya le está yendo muy bien" y criticaba que "la máquina de difamar de la Izquierda Radical ha tenido resultados contraproducentes, la gente está comprando como locos".

Trump se unía así a su hija y asesora, Ivanka, quien publicó anoche una instantánea similar con el lema: "Si es Goya, tiene que ser bueno", tanto en español como en inglés.

La curiosa imagen de Ivanka junto a la lata de frijoles se convirtió rápidamente en viral, ya que Goya enfrenta un ola de críticas por parte de destacadas figuras latinas como la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez o el artista Lin-Manuel Miranda, quienes han llamado a no comprar sus productos desde la comparecencia el jueves pasado de Unanue en un acto en la Casa Blanca.

"Si es Trump, tiene que ser corrupto", ironizó también en las redes sociales Ocasio-Cortez.

Más allá de los ataques en redes sociales, las imágenes de Ivanka y de Trump podrían suponer una violación de las leyes éticas para empleados federales, que prohíben que usen sus "puestos para respaldar cualquier producto, servicio o empresa".

El mandatario respalda así de forma explícita a Unanue, nieto de una pareja de inmigrantes españoles que abrieron una tienda de barrio en Nueva York en 1936, y quien encabeza ahora un imperio alimentario internacional.

"Estamos todos bendecidos (...) por tener un líder como el presidente Trump, que es un constructor. Y eso es lo que hizo mi abuelo, vino a este país a construir, crecer, prosperar. Tenemos un increíble constructor y oramos por nuestro liderazgo, nuestro presidente y nuestro país", dijo el pasado jueves Unanue, de 74 años.

Las palabras de Unanue, quien ya ha dicho que no tiene intención de pedir disculpas, ha agitado a la comunidad latina, su principal base de consumidores y a la que Trump ha hostigado en más de una ocasión con su agresiva retórica y a través de su política migratoria.

Goya Foods, con sede en Jersey City (Nueva Jersey), cuenta con 4.000 empleados y distribuye en EE.UU. productos de Latinoamérica, el Caribe y España.

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Washington, 12 de julio (EFE).- Florida anunció este domingo que en las últimas 24 horas más de 15.300 personas han contraído el coronavirus, lo que supone un récord no solo para ese estado sino para todo EE.UU., que nunca antes había registrado tal aumento de casos desde que comenzó la pandemia.

Florida se convirtió en el nuevo epicentro del virus en el país al registrar este domingo un incremento que dejó atrás el récord que registró California la semana pasada con 11.694 nuevos casos diarios y la cifra de 11.571 que reportó el 15 de abril Nueva York, cuando ese estado era el más golpeado por el virus.

HOSPITALES EN FLORIDA, AL 80 %

El rápido aumento de casos ha puesto contra las cuerdas a los hospitales de Florida, que tienen ocupadas un 76,4 % de las camas para ingresos generales y un 81,2 % de las camas de cuidados intensivos (UCI), indicó este domingo la Agencia para la Administración de la Atención Médica (AHCA).

La situación es peor en el condado de Miami-Dade, el más poblado del estado y donde están siendo usadas el 94,8 % de las camas para cuidados intensivos.

Este domingo, el alcalde de Miami-Dade, el republicano Carlos Giménez, avisó que los hospitales del condado pronto podrían quedarse sin camas y sin ventiladores para los pacientes más graves.

"Ha habido definitivamente un aumento de la cantidad de personas que han ido al hospital, de ingresos en las unidades de cuidados intensivos y de los pacientes con ventiladores. Todavía tenemos capacidad, pero sí que estoy preocupado", manifestó Giménez en una entrevista con la cadena CNN.

El regidor indicó que ya algunas habitaciones de hospitales han sido convertidas en unidades de cuidados intensivos y afirmó que ese trabajo continuará.

CRECEN LOS CONTAGIOS EN 37 DE LOS 50 ESTADOS

Los casos no han crecido solo en Florida y, de hecho, 37 de los 50 estados de EE.UU. han visto aumentos durante la última semana, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

De esa forma, la cifra de nuevos contagios superó el sábado por tercer día consecutivo la barrera de los 60.000 casos, arrastrada por los brotes en el sur y el oeste del país, donde los hospitales de algunos estados están a punto de colapsar.

En concreto, además de Florida, diez estados están al límite de su capacidad hospitalaria: Arizona tiene ocupadas el 79,1 % de las camas, lo que supone el peor dato, seguido de Nevada (77,4 %), Alabama (75,1 %), Carolina del Sur (75 %), Kentucky (74,7 %), Massachusetts (74,6 %), Virginia Occidental (74 %), Georgia (71,4 %), Delaware (71,1 %) y Texas (70,1 %), según los gubernamentales Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).

Ante el repunte de casos, el presidente de EE.UU., Donald Trump, se ha resistido a trazar una estrategia a nivel federal y su Gobierno este domingo volvió a pedir a las escuelas que reabran sus puertas en agosto para el comienzo del nuevo curso.

TRUMP QUIERE QUE LOS NIÑOS VUELVAN A LA ESCUELA

Este domingo, la secretaria de Educación, Betsy DeVos, se paseó por las principales cadenas de televisión para presionar por la reapertura de centros educativos.

"Creo que el objetivo debe ser que los niños vuelvan a la escuela, en persona, en el aula, porque sabemos que para la mayoría de los niños, ese es el mejor ambiente", afirmó DeVos en CNN.

La responsable de Educación no detalló qué medidas de precaución deben tomar las escuelas si deciden dar clases presenciales y tampoco respondió a preguntas sobre si el Ejecutivo dará ayudas económicas a los colegios que necesiten adaptar sus infraestructuras.

En respuesta, Nancy Pelosi, la demócrata de mayor rango en Washington, acusó a DeVos de "ignorar la ciencia" y de estar "incumpliendo su deber" de proteger a los menores.

"Esto -dijo Pelosi- es espantoso. El presidente y su Administración están jugando con la salud de nuestros niños. Todos queremos que nuestros hijos regresen a la escuela, los maestros, los padres y los niños, pero queremos que regresen de manera segura".

EL FACTOR ELECTORAL

Para algunos analistas, con su empuje para que haya clases presenciales, el mandatario está intentado captar el voto de las mujeres de clase media y baja que quieren que sus hijos vuelvan a la escuela para poder regresar a sus puestos de trabajo.

Trump opta a la reelección en las elecciones de noviembre próximo, pero en las últimas encuestas ha aparecido por detrás del exvicepresidente Joe Biden, virtual aspirante demócrata.

El mandatario tiene previsto aceptar la nominación de su partido en Jacksonville (Florida), en un estadio con capacidad para 15.000 personas. De momento, ese evento sigue en pie pese al aumento de casos en ese estado.

Según la Universidad Johns Hopkins, EE.UU. sigue siendo el país del mundo con más casos (3,28 millones), mientras que 135.000 personas han fallecido por el virus.

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Hasta ahora, Trump se había negado a llevar un tapabocas en público y había puesto en duda su eficacia, algo que contradice los consejos de las autoridades sanitarias del país.

Washington, 11 de julio (EFE).- El presidente Donald Trump este sábado apareció en público con una mascarilla por primera vez desde el inicio de la pandemia del coronavirus, un gesto que ha despertado una gran expectativa en un momento en el que el país debate si su uso debe hacerse obligatorio.

Trump utilizó una mascarilla o tapabocas de color azul oscuro que en un extremo tenía estampado el sello de color dorado de la Presidencia y que estaba sujeto a sus orejas.

El presidente utilizó esa protección durante una visita al hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington y donde tenía previsto reunirse con el personal sanitario y militares que están recibiendo allí tratamiento.

Antes de salir en helicóptero hacia el hospital, Trump confirmó que llevaría una mascarilla, como ya había adelantado el viernes.

"Creo que llevaré unas mascarilla, ¿sabes? Creo que cuando vas a un hospital, especialmente en ese sitio, en el que uno está hablando con soldados y con gente que en algunos casos acaba de salir del quirófano, creo que en ese caso es algo que es genial ponerse", explicó a la prensa.

PRIMERA VEZ EN PÚBLICO

Hasta ahora, Trump se había negado a llevar un tapabocas en público y había puesto en duda su eficacia, algo que contradice los consejos de las autoridades sanitarias del país.

Al respecto, en declaraciones a la prensa, el mandatario puntualizó: "Nunca he tenido nada en contra de las mascarillas, pero sí creo que tienen un tiempo y un lugar adecuado".

Hasta ahora, Trump había resistido a llevar una mascarilla porque considera que "da una imagen de debilidad", según dijo supuestamente en marzo a sus asesores, reportaron entonces medios locales.

Los demócratas creen que Trump se ha negado a llevar tapabocas por "vanidad", mientras que analistas como la periodista experta en género Liz Plank afirman que su actitud forma parte de una masculinidad mal entendida y con la que pretende mostrar fuerza, como si él estuviera por encima del virus.

Cuando Trump fue visto este sábado con mascarilla, intentó ofrecer una imagen de fortaleza: iba rodeado de militares y miembros del servicio secreto que no se detuvieron ni un minuto ante las cámaras mientras el mandatario, al frente, dirigía el rumbo de la comitiva.

DEBATE SOBRE SI DEBE SER OBLIGATORIO

La decisión de Trump de llevar una mascarilla llega justo en medio de un debate a nivel local sobre la necesidad de que los gobernadores obliguen a sus ciudadanos a taparse la boca y la nariz para evitar que aumenten aún más los contagios, que están alcanzando niveles récords especialmente en el sur y oeste del país.

El gobernador de Luisiana, el demócrata John Bel Edwards, fue este sábado el último en decretar el uso de tapabocas; de manera que actualmente 20 de los 50 estados del país exigen su uso.

El carácter obligatorio de las mascarillas ha creado una división entre aquellos estadounidenses más progresistas que quieren que todo el mundo cumpla la norma y aquellos más conservadores que se oponen por motivos políticos al considerar que el coronavirus es una "farsa" como dijo Trump al comienzo de la pandemia.

AUMENTO DE LA TASA DE MORTALIDAD

Desde hace un mes, el virus está golpeando con fuerza a los estados del sur y oeste de EE.UU., como Florida, Texas y Georgia, que fueron los primeros en reabrir sus economías; mientras que los zonas del este del país, donde comenzó la pandemia, ahora gozan de números más bajos.

Hasta ahora el aumento de casos no se había visto acompañado de un incremento de los fallecimientos, pero esta semana por primera vez en meses creció la tasa de mortalidad al registrarse un total de 4.200 decesos en todo el país, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

De hecho, en los estados de Texas, Arizona y Carolina del Sur, la tasa de mortalidad ha crecido más de un 100% en el último mes; mientras que otros cinco estados (Florida, Misisipí, California, Tennessee y Luisiana) han experimentado un aumento del 20% en es mismo periodo, según The Washington Post.

En respuesta al repunte, ocho estados han vuelto a imponer restricciones como el cierre de bares y restaurantes, mientras que trece han puesto en pausa su proceso de reapertura.

Desde que comenzó la pandemia, EE.UU. suma casi 3,23 millones de casos y 134.600 muertes, según la Universidad Johns Hopkins.

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Nueva York, 6 de julio (EFE).- La británica Ghislaine Maxwell, socia del fallecido magnate Jeffrey Epstein, fue trasladada este lunes a un centro penitenciario de Nueva York tras ser detenida el jueves anterior en New Hampshire, por su supuesta participación en la trama de abusos sexuales a menores en torno al financiero, que se suicidó en prisión el pasado año.

Según el Departamento de Prisiones, Maxwell se encuentra ya en el Centro de Detención de Brooklyn, por lo que permanece en una instalación distinta a la de Epstein, el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, que recibió una oleada de críticas después de que el magnate se quitara allí la vida en agosto de 2019 antes de su juicio, pese al alto perfil de su caso.

Maxwell está acusada por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de "ayudar" a Epstein a "explotar y abusar sexualmente de múltiples" niñas entre 1994 y 1997, además de mentir a la Justicia sobre el asunto.

Se espera que se celebre una vista del caso de Maxwell en la Corte Federal de Manhattan a finales de esta semana, como han solicitado los fiscales, que pretenden argumentar que la socialite británica debe permanecer detenida hasta que se celebre el juicio, ya que han calificado su riesgo de fuga como "extremo".

En un documento, la fiscal en funciones del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss, señaló el pasado jueves que la acusada tiene "tres pasaportes, grandes cantidades de dinero, amplias conexiones internacionales y absolutamente ninguna razón para quedarse en EE.UU. y afrontar la posibilidad de una larga sentencia".

Maxwell, socia, amiga cercana y expareja de Epstein, fue detenida el 2 de julio en una lujosa propiedad en el estado de New Hampshire después de permanecer durante meses en paradero desconocido.

La Fiscalía argumenta que tiene pruebas "sólidas" contra la acusada, con alegaciones serias de "múltiples víctimas" respaldadas por documentos como registros de vuelo, entradas de diario o fichas de negocios, y que de ser encontrada culpable se enfrenta a un máximo de 35 años en prisión, lo que crea "un incentivo extraordinario para fugarse".

Además de tener nacionalidad de EE.UU., Reino Unido y Francia, Maxwell ha acumulado más de 20 millones de dólares en sus cuentas bancarias en los últimos años y fue capaz de pasar desapercibida durante meses en Bradford (New Hampshire), en una propiedad de 630.000 metros cuadrados comprada en efectivo el pasado diciembre a través de una empresa anónima.

La fiscal alega, además, que ofrecer a Maxwell confinamiento domiciliario con un aparato de rastreo no mitigaría el alto riesgo de fuga "porque se lo puede quitar fácilmente".

Epstein, que fue detenido el pasado año acusado de tráfico sexual de menores, se suicidó en agosto en una cárcel de Nueva York en la que estaba ingresado a la espera de juicio.

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Nueva York,  (EFE).- La empresa alimentaria de origen hispano más grande de Estados Unidos, Goya Foods, enfrenta una llamada al boicot por parte de la comunidad latina, encabezada por figuras políticas como Alexandria Ocasio-Cortez o culturales como Lin-Manuel Miranda, después de que su consejero delegado, Robert Unanue, alabara como un "líder" al presidente Donald Trump.

"Estamos todos bendecidos (...) por tener un líder como el presidente Trump, que es un constructor. Y eso es lo que hizo mi abuelo, vino a este país a construir, crecer, prosperar. Tenemos un increíble constructor y oramos por nuestro liderazgo, nuestro presidente y nuestro país", dijo este jueves Unanue, de 74 años, en el jardín de las rosas de la Casa Blanca.

Las palabras de Unanue, nieto de una pareja de inmigrantes españoles que abrieron una tienda de barrio en Nueva York en 1936, hoy imperio alimentario internacional, han corrido como la pólvora entre la comunidad latina, su principal base de consumidores y a la que Trump ha criticado desde el inicio de su campaña y hostigado a través de la política migratoria.

Entre los primeros en reaccionar estuvo la organización proinmigrantes United We Dream (UWD), que inició una recogida de firmas para "boicotear" a Goya Foods, tachando de "inaceptable" el apoyo del máximo ejecutivo a un mandatario "que no ha dejado de atacar a los inmigrantes, la gente Latinx, la gente negra y toda la gente de color desde el día 1".

#BOYCOTTGOYA

Miles de usuarios llamaban a la represalia este viernes en la red social Twitter con etiquetas como #Goyaway (Goya lejos) o #BoycottGoya, entre ellos políticos demócratas como la congresista de origen puertorriqueño Alexandria Ocasio-Cortez, que ironizó: "Oh, mirad, este es el sonido que hago al buscar en Google cómo hacer tu propio adobo", en referencia a los productos para adobar que vende la marca.

Julián Castro, excandidato presidencial demócrata y exsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano en el Gobierno de Barack Obama, de ascendencia mexicana, señaló que los productos de Goya "han sido un básico de muchos hogares latinos durante generaciones" pero lamentó que Unanue "alabe a un presidente que villaniza y ataca maliciosamente a los latinos por beneficio político".

"Los estadounidenses deberían pensarlo dos veces antes de comprar sus productos", agregó Castro, a quien le contestaron sus seguidores revelando que habían sido consumidores toda la vida y haciendo declaraciones del tipo "no voy a comprar nunca más" o compartiendo recetas de los sazonadores más populares.

Entre los últimos en sumarse a la campaña de boicot está el actor y dramaturgo de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, que ha hecho gala de su humor para expresar su indignación: "Aprendimos a hacer pan durante la pandemia, podemos aprender a hacer nuestro propio adobo con pimienta. Bye".

Su compañero en la obra "Hamilton", el actor Javier Muñoz, también de origen puertorriqueño, se pronunció con una referencia al boicot y un simple "Adiós, Goya".

Asimismo, la modelo y presentadora estadounidense Chrissy Teigen, con influencia en el mundo culinario, se refirió a los comentarios de Unanue con una declaración expletiva y añadió: "Una vergüenza. No me importa lo buenos que están sus fríjoles. Bye Bye".

"SUPRESIÓN DEL DISCURSO"

Goya Foods, a la que Efe ha solicitado reacción sin respuesta, publicó esta mañana un tuit en su perfil oficial de Twitter en el que anunciaba que ha entregado dos millones de libras (casi 500 toneladas) de comida a bancos de alimentos en todo EE.UU. para ayudar a las familias impactadas por la COVID-19.

En una aparición en el canal Fox News este viernes por la mañana, Unanue declaró que la llamada al boicot es una muestra de "supresión del discurso" y agregó que en 2012 acudió a la Casa Blanca para una colaboración alimentaria con el Gobierno del demócrata Barack Obama y entonces no se le criticó como ahora.

"No me disculpo, especialmente si soy llamado por el presidente de EE.UU. No vas a decir, 'no, lo siento, estoy ocupado, no, gracias'. No les dije eso a los Obama y no le voy a decir eso al presidente Trump", sostuvo.

Unanue estuvo en la Casa Blanca con Trump este jueves para "participar en la Iniciativa de Prosperidad Hispana", una orden ejecutiva que firmó ayer el presidente dirigida a mejorar el acceso de los hispanoamericanos a oportunidades educativas y económicas, según indicó la compañía en un comunicado posterior en el que no mencionó la polémica.

En apoyo a Goya y a su principal ejecutivo, también se ha convertido en tendencia en las redes sociales la etiqueta #BuyGoya (Compren Goya) apoyada por consumidores que, generalmente, están criticando a la "izquierda" y mostrando su respaldo al Partido Republicano, aunque muchos cibernautas favorables al boicot bromean con que, realmente, el motivo es que quienes apoyan a Goya lo hacen porque "no saben cocinar".

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Washington, 6 de julio (EFE).- Algunos hospitales de los estados de Texas y Florida están a punto de quedarse sin camas para los enfermos de coronavirus, mientras que la Casa Blanca sigue sin delinear una estrategia nacional e insiste en que la "vasta mayoría de la gente" está a salvo.

Este lunes, los alcaldes de las ciudades texanas de San Antonio y Austin y el regidor del condado de Miami-Dade (Florida) avisaron de que los hospitales están al límite y se están acabando las camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

"El tiempo se agota ahora en términos de la capacidad de nuestros hospitales en San Antonio, al igual que en muchas de las otras grandes ciudades de Texas", dijo a la cadena CNN el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg.

El político advirtió de que si los casos continúan creciendo al ritmo actual, a San Antonio "solo le queda una semana para quedarse sin camas de hospital y agotar la capacidad de las unidades de cuidados intensivos".

LAS GRANDES CIUDADES DE TEXAS SE QUEDAN SIN CAMAS

En Texas, las grandes urbes -gobernadas en su mayoría por alcaldes demócratas- están librando una batalla contra el gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, quien se resiste a tomar medidas estrictas contra el virus y tampoco permite que las autoridades locales las adopten.

Al respecto, el alcalde de Austin, el demócrata Steve Adler, pidió este lunes a Abott que devuelva autonomía a las ciudades y les permita dictar sus propias medidas para contener la enfermedad,

Adler está barajando para dictar una "orden de quédate en casa" con el fin de obligar a los vecinos a guardar cuarentena y, de esa forma, disminuir la presión sobre los hospitales de la zona.

En los últimos días, las ciudades de Houston y Fort Worth también han expresado su preocupación por la falta de camas, mientras que en el fronterizo valle del Río Grande 10 de los 12 hospitales ya han alcanzado su límite, puesto que el número de ingresos se ha duplicado en las últimas dos semanas.

En total, de las 69.000 camas disponibles en todo Texas, 55.800 están ocupadas, es decir casi el 81 por ciento, de acuerdo a datos de este lunes del Departamento de Salud estatal.

ALGUNOS RESTAURANTES DE FLORIDA VUELVEN A CERRAR

Mientras tanto, el aumento de casos en Florida ha puesto en jaque a los hospitales de pequeños condados como el de Clay o St. Lucie, donde solo quedan libres un 4 por ciento de las camas de las unidades de cuidados intensivos.

Además, en Miami-Dade, el epicentro del coronavirus en Florida, el 80 por ciento de las camas de las ucis están ocupadas, según datos de este lunes de la agencia estatal de salud.

Debido a la gravedad de la situación, el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, anunció este lunes que desde el 8 de julio se cerrarán todos los restaurantes (salvo para comida a domicilio o recoger), así como salones de baile, instalaciones para banquetes, gimnasios, lugares para fiestas y alquileres a corto plazo, como Airbnb.

"Queremos asegurar que nuestros hospitales continúan teniendo la cantidad de trabajadores necesarios para salvar vidas", afirmó Giménez en un comunicado.

En las últimas 24 horas, Florida ha registrado 6.336 nuevos contagios, una cifra que supone una leve mejora con respecto a los récords diarios de 10.000 casos de los últimos dos días.

14 ESTADOS CON CIFRAS RÉCORD

En los últimos cinco días, 14 de los 50 estados del país, incluido Florida, han registrado récords en el número diario de nuevos contagios y en total EE.UU. anunció 250.000 nuevos casos, el equivalente al total de la población de Buffalo (Nueva York).

Asimismo, Nevada y Arizona han visto en los últimos días la cifra más alta hasta ahora de hospitalizaciones por el virus.

En Nevada, los hospitales están al 68 por ciento de su capacidad; mientras que en Arizona, el 84 por ciento de las camas están llenas y la situación es más grave en las ucis, al 89 por ciento, según datos oficiales de los dos estados.

Desde hace un mes, el virus está golpeando con fuerza a los estados del sur y el oeste de EE.UU., los primeros en reabrir sus economías; mientras que las ciudades del este -como Boston, Nueva York y Washington D.C.- ahora gozan de números más bajos.

LA CASA BLANCA DEFIENDE QUE EL VIRUS ES INOFENSIVO

A pesar de las cifras, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, este lunes aseguró que la "vasta mayoría de la gente" está a salvo del virus y defendió que el presidente estadounidense, Donald Trump, "estaba en lo cierto" cuando hizo unos polémicos comentarios este sábado.

El mandatario sostuvo entonces que "el 99 por ciento" de los casos "son inofensivos", un comentario que contradice la realidad, ya que la tasa de mortalidad en EE.UU. es del 4,6 por ciento, según la Universidad Johns Hopkins.

De acuerdo a la misma fuente, EE.UU. sigue siendo el país del mundo con más casos (2,89 millones), mientras que 130.000 personas han fallecido por el virus.

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Washington, 5 de julio. (EFE).- Al menos dos personas murieron este domingo y otras ocho resultaron heridas en un tiroteo en un club nocturno de Greenville, en el estado de Carolina del Sur, informó la policía.

En una rueda de prensa, el sheriff del condado de Greenville, Hobart Lewis, explicó que al establecimiento "Lavish Lounge" acogía "una multitud muy, muy, muy grande" por un concierto cuando se desencadenó un tiroteo poco antes de las 02.00 hora local (06.00 hora GMT).

Un ayudante del sheriff conducía su coche por las proximidades del lugar cuando escuchó disparos. Una vez dentro, la policía halló varias víctimas y descubrió que algunas habían sido transportadas al hospital en coches privados.

Por el momento, prosiguen las investigaciones y no hay ningún detenido, aunque Lewis indicó que probablemente en el suceso esté implicada alguna "banda criminal".

Dentro del establecimiento, "hay muchos cascotes (de bala) dentro", indicó Lewis.

"Todo está revuelto. Hay unas pocas sillas allí, comida en el suelo y algunas botellas rota. Se puede decir que alguien salió a toda prisa. Hay mucha sangre", describió.

En una entrevista con la CNN, el sheriff detalló que los agentes están investigando si algún miembro del grupo de música que tocaba anoche en el club está implicado.

El local había anunciado una actuación a partir de las 21.00 hora local (01.00 hora GMT) del rapero Foogiano, pero la policía desconoce si había también otros artistas invitados.

Este incidente se produce después de que la noche anterior tuviera lugar otro tiroteo en el local de al lado del Lavish Lounge, el Dolce Club, en el que un guardia de seguridad resultó herido.

Lavish Lounge organizó el concierto pese a que el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, no ha levantado todavía las restricciones a las reuniones grandes de personas debido al repunte de COVID-19 en este estado.

Lewis dijo a la CNN que la policía investiga si el Lavish Lounge habría conseguido algún permiso especial para celebrar el concierto.

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