Esta semana, más de 60 alcaldes, miembros de U.S. Conference of Mayors (USCM) en 29 estados, hicieron un llamado a la Casa Blanca para que desista de la idea de desmantelar el DACA, que ampara a más de 800,000 mils jóvenes indocumentados.

PROVIDENCE, RI.-Los sueños de aproximadamente 800,000 jóvenes indocumentados, amparados por DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), podrí­an verse truncados si el presidente Donald Trump decide poner fin a este beneficio migratorio, lo que se teme sucederí­a esta misma semana.

¿Qué será de María, Evelyn, Jean y Jasmeiry si el DACA desaparece? Eso mismo se pregunta casi un millón de soñadores en todo el país; jóvenes que al igual que estos cuatro estudiantes universitarios locales, emigraron cuando eran niños, y hoy sienten temor al ver que su futuro pende de un hilo.

Y aunque las informaciones sobre la eliminación del DACA no han sido confirmadas de manera oficial, organizaciones pro inmigrantes se han estado movilizando, mientras la incertidumbre entre los “soñadores” va en aumento, ya que las próximas horas podrían ser decisivas para el programa que los ha mantenido a salvo los próximos cinco años.

Esta semana, más de 60 alcaldes, miembros de U.S. Conference of Mayors (USCM) en 29 estados, hicieron un llamado a la Casa Blanca para que desista de la idea, e instaron a la comunidad latina a que también se sume a la campaña para que se mantenga vigente la Acción Diferida.

En el ámbito local, el alcalde Jorge Elorza se unió a su homólogo James Diossa, el superintendente de escuelas Chris Maher y un grupo de “soñadores” residentes en Rhode Island, para que estos últimos levanten su voz y cuenten la historia de cómo DACA les ha cambiado la vida, y así­ despertar la sensibilidad de quienes apoyan la abolición del programa.

En declaraciones para Acontecer Latino, el alcalde Elorza, co presidente del Grupo de Trabajo sobre Reforma Migratoria de la USCM, exhortó a los “DREAMers”a que no pierdan la fe y sigan estudiando, augurando que, “aunque va a demorar un poco”, las cosas van a cambiar para bien.

Elorza dijo que si la administración de Trump escucha los testimonios en las voces de los jóvenes de DACA, entenderán la humanidad detrás de estas historias y de las decisiones que ellos toman.  “Estoy seguro que mantendrán DACA tal como está. Estos jóvenes son tremendos. El trabajo que hacen, el testimonio que han proveído y la fuerza que tienen, es algo digno de admirar. Yo les doy todo el crédito y vamos a hacer todo lo necesario para amplificar sus voces y que se escuchen. Creo que esto ayudará para que DACA no desaparezca”.

Asimismo, el congresista David Cicilline, en un comunicado de prensa enviado a este medio, advirtió que si el presidente Donald Trump decide poner fin a DACA, estaría desgarrando familias y perturbando comunidades enteras, lo que costará a la economía $460 millones durante la próxima década.

Ciciline calificó de “cruel” el juego del presidente Trump, advirtiendo que su indecisión pública hoy, después de meses de atemorizar a los inmigrantes, está¡ creando ansiedad en ciudades y pueblos de Rhode Island, así­ como en toda la nación.

"Los soñadores representan lo mejor de nuestros ideales americanos. Como niños, fueron traídos a América, crecieron aquí­. Han abrazado nuestros valores y no quieren nada más que recompensar a este país que aman. El Presidente debe actuar pronto, y asegurarse de que ellos continúen con sus aportes", puntualizó el congresista estadounidense.

Las historias

Juan llegó a los 8 años a los Estados Unidos y gracias al DACA pudo ingresar a la universidad, tener una licencia de conducir y trabajar. Durante los pasados 17 años, el joven mexicano ha vivido en el paí­s, y aunque asegura que hoy “puedo sobrevivir sin DACA, tengo familiares que si pierden este beneficio su mundo se destrozaría y eso no es justo”.

Al igual que Juan, el joven peruano Jean fue traído al país cuando apenas tenía tres meses de nacido. Actualmente es estudiante de término de la carrera de Contabilidad en RIC, todo gracias a este beneficio migratorio. “DACA me ha ayudado bastante porque me ha dado la oportunidad de estudiar, tener licencia de conducir y trabajar para pagar mis estudios. Si el programa desaparece, también nuestros sueños”.

A sus 20 años, María, de nacionalidad boliviana, se siente vulnerable por lo que podría suceder con DACA en lo adelante. La joven estudiante de Year Up llegó a Estados Unidos a los tres años y su vida dio un cambio de 180 grados cuando aplicó para DACA dos años atrás. “Yo quiero ser la diferencia en mi familia. Yo quiero ser mejor. Necesito estar mejor. Eliminar DACA sería aplastar mis sueños y volverlos nada".

Las historias se repiten una y otra vez. La lista de jóvenes como estos cuatro hispanos, que vieron una luz en el camino con la implementación de DACA en el 2012, durante el mandato del presidente Barack Obama, es larga y en los próximos días esa esperanza podría desvanecerse con los pronósticos de su abolición. (Foto David Santilli)

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Profesionales inmigrantes que residen en Rhode Island, procedentes de diferentes países latinoamericanos, comparten su testimonio sobre el desafío que ha significado para ellos venir a vivir a los Estados Unidos

 

PROVIDENCE, RI.- Son las 2:00 de la madrugada y Evaristo sigue despierto. De nada valieron el té de manzanilla, el baño caliente, ni los sonidos de lluvia y truenos descargados en su celular. Tiene sueño, pero teme dormirse profundamente. Es la batalla diaria entre su mente y su cuerpo, desde que empezó a trabajar como operador industrial en una factoría de Massachusetts.

Cada vez que escucha el sonido de la alarma a Evaristo le golpea la melancolía. Atrás quedaron sus años de renombrado profesional de ingeniería con auto caro, y salario abultado. Aunque tiene la preparación, la experiencia y el deseo, él ahora tiene que conformarse con un trabajo de sueldo mínimo, que no está a la altura de sus capacidades. El nombre de Evaristo es ficticio, pero su historia es real. El forma parte de los más de 10.5 millones de profesionales inmigrantes que, de acuerdo con las cifras más recientes dadas a conocer por el Migration Policy Research (2014), están residiendo en los Estados Unidos.

Al igual que Evaristo, Isabella Sosa prefiere guardar su verdadera identidad. Graduada en República Dominicana con una licenciatura en la carrera de Comunicación Social, y varios años de experiencia como periodista, ella se vio forzada por las circunstancias a incursionar en ramas de actividad laboral muy distintas, como asistente de enfermería (CNA) y empleada de restaurantes. Desde hace cuatro años trabaja como conductora de autobús escolar. “Este trabajo me fascina, porque es bien remunerado, me paga vacaciones, y me da la oportunidad de pasar el verano con mis hijas”, dice. Sosa asegura que, si bien la carrera es importante, un título no es lo que garantiza una vida económica estable.

De profesor a “janitor"

La de Leonardo Cruz, en cambio, es otra historia. Egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo como licenciado en Educación, la situación económica lo trajo hasta aquí con su familia en busca de nuevos horizontes.

Por paradojas de la vida, él, que fue profesor en colegios privados y asistente de vicerrector en una universidad de su país, es ahora “janitor” (encargado de limpieza) en la escuela Paul Cuffee, de Providence.

Aunque expresa que le hubiera gustado tener la oportunidad de ejercer su carrera, algo que no pudo lograr por no dominar el inglés, entre otras limitaciones, Cruz asegura que no se siente avergonzado por el trabajo que hace y que por eso no tiene reparos en revelar su identidad. Su contacto con estudiantes y profesores, los cuales le profesan un gran respeto y cariño, es una de las cosas que más disfruta de su actual fuente de empleo.

El incursionó durante varios años en el negocio de soldadura de joyería, antes de que la industria comenzara a decaer, a mediados de los 90. Con 67 años cumplidos, se lamenta de no haberse orientado mejor cuando tuvo la oportunidad para planificar su retiro. Es en este último punto en el que hace más énfasis. "Me gustaría insistir en esta parte, sobre la importancia de orientarse bien y buscar información sobre lo que se necesita hacer para planificar el retiro. Yo no me orienté acerca de eso y ahora, a mis 67 años, es algo de lo cual me arrepiento", señala.

Marianela (nombre ficticio a petición de la entrevistada) era una abogada y catedrática universitaria prominente en su país natal, Venezuela, que además ostenta un postgrado en Gerencia Pública. Durante 24 años impartió docencia en distintas áreas y fue también asesora de tesis. En Rhode Island, donde vino a vivir desde hace poco más de un año, trabaja pintando tubos de electricidad y limpiando el edificio de la empresa para la cual labora.

“En principio es duro, pero luego uno tiene la tranquilidad de saber que, cuando te pagan, te compensa un poco esa tristeza que te da", sostiene Marianela. La barrera del idioma, junto con su estatus migratorio, han sido el principal obstáculo para que ella pueda realizar un trabajo de más alto perfil. En adición, reconoce que ejercer su carrera aquí habría sido difícil de todos modos, por los requerimientos propios del oficio. “Si tuviera la oportunidad, lo haría. Tal vez incursionaría en el área de inmigración. Soy fiel creyente de la justicia”, afirma.

Refugiados

Margarita Cepeda, organizadora comunitaria residente en la Florida, tiene amplia experiencia trabajando con profesionales inmigrantes. “Durante 18 años en mi trabajo en comunidades costales del Sur la Florida establecí por primera vez los servicios de entrenamientos para personas refugiadas e inmigrantes, en ese entonces era la directora ejecutiva del Miami Beach Hispanic Community Center/ South Florida Workforce Career Center. Esa experiencia me puso en contacto por segunda vez después del trabajo en Rhode Island con esta populación de inmigrantes. En Florida fue con cubanos, haitianos, nicaragüenses y rusos”, explica.

Por su experiencia, el principal inconveniente para los profesionales refugiados es el trauma mental que viven desde antes de llegar a este país. “También llegan a lugares o los asignan como refugiados donde es más económico para vivir, donde la educación y él éxito no son la prioridad, sino el sobrevivir cada día”. “Esa persona educada que adquirió y conquistó una disciplina educativa y desarrolló su intelecto en muchos casos se torna negativa, muy pesimista y vive en la oscuridad con su mejor amigo: el miedo”. Para Cepeda, la autoestima baja, y el establecerse en lugares donde la comunidad latina está marginada, “sin ningún poder y expuesta a oportunistas y usurpadores del talento ajeno”, son las principales barreras que enfrentan, por su parte, los profesionales hispanos que llegan aquí. Abogó por que en Rhode Island exista una comunidad que se valore y que transforme sus necesidades en movimientos para alcanzar recursos económicos y sociales para ayudarse a sí misma y a sus hijos.

RI Welcome Back

En Rhode Island existe el Welcome Back Center (RIWBC), que brinda asistencia en distintas áreas a los profesionales recién llegados. Manuela Raposo, su presidenta, sostiene que la mayor dificultad para estos inmigrantes es la situación económica, la necesidad de trabajar y proveer para la familia, lo que los lleva a aceptar trabajos que quizás nunca antes hicieron. También está la pérdida de identidad profesional, que les provoca depresión y ansiedad, “Es muy importante que estos profesionales encuentren ayuda temprano para evitar que estos sentimientos causen un daño irreparable", indica Raposo.

El RIWBC ofrece ayuda a profesionales imigrantes en varias áreas:

• Instituto de Inglés como segundo idioma

•Ayuda con el proceso de licenciatura en RI

• Aprendizaje sobre carerras alternativas

• Networking con otros de su misma profesión

• Ayuda con la validación de sus credenciales, etcétera.

EL RIWBC está ubicado en el 25 Public Street, Providence, RI 02905. Su correo electrónico es: riwelcomebackcenter@ gmail.com.

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 "En un ambiente donde soy el único hispano que ejerce autoridad sobre otros, todo lo que hago o digo, resalta. Yo soñaba con hacer cambios para propiciar un ambiente más justo y una justicia más inclusiva. Este caso fue iniciado contra mí para forzar mi renuncia", afirmó el ex juez Rafael Ovalles.

PROVIDENCE, RI.-  El ex juez de la Corte de Distrito de Rhode Island, Rafael Ovalles, afirmó que las acusaciones levantadas en su contra, que lo llevaron a ser procesado judicialmente y terminaron con su renuncia al cargo que ocupó por más de 10 años, se originaron en el hecho de ser el único hispano en un organismo donde históricamente no hubo,  ni hay, una persona de minoría en posición de poder.

“¿Que yo fuera el único hispano influyó en este caso? Claro que sí. Todo lo que yo hacía o decía, resaltaba, ya que era el único hispano entre un grupo de 82 jueces”, sostuvo Ovalles, quien es de origen dominicano.

Tras un proceso de más de dos años por alegadas inconductas en su ejercicio como juez -las cuales nunca fueron probadas, según enfatiza- Ovalles presentó su renuncia, y su caso fue descartado por la corte. 

Entrevistado en exclusiva por Acontecer Latino, el jurista reveló que, en lo adelante, se dedicará a la práctica privada como abogado. A continuación, los detalles de la entrevista: 

Acontecer Latino (AL): ¿En qué se basaron las acusaciones en su contra?

Rafael Ovalles (RO): La acusación más desagradable fue si es verdad que el doctor Ovalles se quitaba los pantalones en la Corte y que, si en algún momento, él permitió que alguien pudiera verlo de tal manera, causando incomodidad en esa persona. Te diría que es una falsa acusación que fue inventada y filtrada a los medios de comunicación, como el Canal 10, para desacreditarme. El video donde hay manos enganchando un pantalón en una percha detrás de una puerta fue creado por el canal 10. No es mi pantalón, no son mis manos, no es mi recámara. Claro, que demandé al Canal 10 y esta demanda está pendiente. Después de interrogar a cerca de 150 personas que me rodeaban en el trabajo en el transcurso de 10 años y medio, más de 50 testigos en el juicio, más de 300 piezas de evidencias presentadas en un juicio de seis semanas, no hubo ni una sola mujer ni un solo hombre que pudiera atestiguar o verificar que me vio vestido inapropiadamente.

Esa fue la versión que se filtró a los medios en febrero 23 de 2015 y que estuvo circulando por dos años y medio para después concluir en que fue una dramatización que se hizo, pero nunca dijeron que fue un video recreado. El caso fue descartado el 30 de octubre de 2017 y quedé completamente libre de todas las acusaciones. Todas estas acusaciones del vestuario inapropiado fueron una mentira.

 AL: Cómo le ha afectado esto, humana y profesionalmente?

RO: Los últimos tres años han sido una gran batalla para defender mi integridad,  mi carrera profesional y el buen apellido de mi familia y, como he dicho en otras ocasiones, también esto ha sido una jornada de fe, porque jamás yo hubiese podido aguantar lo que he superado en esto, lo que he sufrido, sino hubiese sido por la misericordia de Dios. También esto conlleva daños económicos, a la familia de uno, a las amistades y a mi propia persona. Son cosas que duran con uno toda una vida. Otra cosa de la que me acusaban era que yo tomaba siestas y dieron la impresión de que no cumplía con mi trabajo. Este es un estereotipo que se utiliza contra los hispanos para sembrar la impresión de que somos perezosos. Yo vine a este país a los 10 años de edad, y ya a los 14 trabajaba en una fábrica, la Coto-Coil, por hasta más de 40 horas. Aquí yo he trabajado en fábricas, lavé platos en hoteles, fui cajero en una gasolinera; trabajé en jardinería, limpieza de edificios, fui asistente de mesero, de mecánico y de profesor. A los 21 años estaba dando cátedras universitarias en historia norteamericana. Eso de decir que era perezoso, me dolió bastante. El promedio de casos que me asignaban a mi eran de 80 a 90 casos y es común durante la hora de almuerzo, en su recámara privada, que un juez se tome una siesta. Debo precisar que yo hacía eso, como lo hacían también los otros jueces, en mi tiempo de descanso. En 10 años y medio trabajé en 250 mil casos con un índice de resolución de 98% en el tiempo debido, comprobado en estadísticas de la Corte Suprema de Rhode Island.

AL: ¿Usted cree que su origen hispano influyó en todo esto?

RO: En toda la historia de Rhode Island yo fui el único juez hispano y desde que me gradué, en 1990, de la Escuela de Leyes de Boston University, yo he abogado por los derechos de los latinos. En 1992, a dos años de graduarme, empecé a hablar públicamente de la falta de intérpretes hispanos en las cortes del estado. En mayo de 2012 di una entrevista al Providence Journal donde reiteré públicamente la gran ausencia de latinos contratados como empleados en las cortes de Rhode Island. Estas observaciones fueron el principio de mi caída. En un ambiente donde soy el único hispano que ejerce autoridad sobre otros, todo lo que hago o digo, resalta. Yo soñaba con hacer cambios para propiciar un ambiente más justo y una justicia más inclusiva. Una de las cosas que hice fue exigirle a los empleados llegar a la hora en punto. Con eso incomodé a muchos empleados en el tribunal. La segunda cosa fue con los abogados que trabajan privadamente como asistentes fiscales. Les pedí no presentar casos públicos y defender casos privados a la misma vez. Estas personas nunca habían tenido a un hispano en una posición de superioridad y esto les reventaba a muchos. Cada cosa que hacía o decía era examinada y escudriñada por los empleados y abogados de la corte para hacerme ver que era una persona “rara”. Como pueden ver, fue un ambiente difícil para trabajar. Un juez tiene que supervisar. Un hispano diciendo lo que hay que hacer causa disgusto y resentimiento. Este caso fue iniciado contra mí para forzar mi renuncia.

AL: ¿Lecciones aprendidas con este proceso?

RO: Me doy cuenta que tenemos que trabajar para ocupar el lugar que a cada uno de nosotros nos corresponde. Hay gran necesidad de abogados capacitados como yo. Algunas personas se preguntan por qué renuncié. Que yo pudiera renunciar es un privilegio. Esto lo pude lograr por el gran triunfo que tuvimos en este juicio, porque si mis acusadores hubiesen tenido pruebas de culpabilidad la corte suprema de Rhode Island jamás me hubiera permitido renunciar y mantener mi licencia para ejercer como abogado. Por el contrario, me hubiesen acusado de cosas mucho más serias.

Esta experiencia me reafirma que los latinos tenemos que participar en los procesos económicos, políticos y judiciales de este estado. Nosotros participamos fuertemente en la economía de este país. No lo pensamos para trabajar, ocho, 10, 14 o 16 horas al día. Muchos de nosotros ponemos negocios, arreglamos edificios viejos para ponerlos a producir y pagar impuestos para estimular y hacer crecer la economía. Necesitamos participar más en la política. Hemos dado grandes pasos pero necesitamos avanzar más. Las personas que califican para naturalizarse deben hacerlo, para que puedan ejercer el voto. En ese juicio en el que estuve entre 15 personas como jurado y el juez presidente, no había una cara hispana, ni como secretaria, ni como mecanógrafo, ni como guardia de la corte. Ni una sola persona, donde la población latina aquí es de un 15 a 16% sin incluir los que no participan en los conteos. El sistema judicial no funciona por su propia cuenta. Es la ciudadanía que, por medio de una participación laboriosa, hace que el sistema funcione.

Claro que hay cosas en las que uno se ha equivocado y si uno pudiera volver al pasado hay cosas que hubiese hecho de manera diferente. Por ejemplo, quise disculparme con algunas personas, pero no se me permitió. Renuncié porque me di cuenta de que los empleados estaban resentidos contra mí y, después de un largo desacuerdo por los cambios que yo pedía, por medio de muchos esfuerzos, se cambiaron los reglamentos.

 AL: ¿Qué hará de aquí en lo adelante?

RO: Gracias a Dios tengo mi licencia para ejercer, buena salud y una oficina (en Providence) donde puedo trabajar. Con Dios delante y si mi comunidad latina me da la oportunidad de trabajar, el futuro es brillante para todos. Yo trabajé leyes por 15 años y fui juez por 12 años. Representé miles de casos en áreas como mala práctica médica, accidentes laborales, bancarrota, divorcios, adopciones, pensión conyugal, violencia doméstica, préstamos, hipotecas, y todo tipo de casos penalistas. Sin ninguna arrogancia, yo sé como funciona el sistema judicial. Tengo 53 años, soy padre de familia e inmigrante y sé lo que es trabajar.

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PROVIDENCE, RI. - Las estadísticas de los afectados por el COVID-19 generalmente se refieren a personas infectadas y/o fallecidas. Poco se habla acerca de los que se contagiaron y lograron recuperarse. Acontecer Latino le trae las historias de hispanos, residentes de Providence, que vivieron en carne propia los estragos de la enfermedad. A algunos, el virus no solo les arrebató temporalmente la salud, sino que se llevó para siempre a sus seres más queridos.

El exsenador estatal de Providence Juan Pichardo fue duramente impactado por el coronavirus, pero lo más doloroso para él fue haber perdido a su abuela y madre de crianza. “Recuerdo que estuve haciendo trabajos en el patio todo el día. Me acosté y al siguiente día tuve fiebre, dolor de cabeza y en los huesos. Yo pensaba que era la gripe o tal vez que me sentía así porque tenía tiempo sin hacer un trabajo fuerte. Incluso pensaba que era algún tipo de flú. Fui ese mismo día a hacerme la prueba, porque tenía la fiebre muy alta. Salí positivo”.

Estuvo drásticamente enfermo unos 12 días, pero las secuelas del virus lo afectaron por un mes y medio. La fiebre muy alta continuó. Luego vinieron las molestias para respirar, la pérdida del olfato y del gusto, entre otros malestares. Rebajó más de 10 libras. Duró 26 días aislado en una habitación de su casa, sin contacto con su familia para no contagiar a su esposa y a sus hijos quienes afortunadamente no se enfermaron.

Pichardo cree que contrajo el virus cuando visitaba a su abuela, quien falleció por complicaciones del COVID-19 el pasado mes de mayo. Confiesa que por un momento llegó a pensar que él la había contagiado. Explicó que fue una sorpresa para él saber que había contraído el coronavirus, ya que siempre tomaba todas las precauciones, especialmente para ir a visitar a su abuela y madre de crianza. Se ponía mascarilla y usaba alcohol para combatir los microbios. Después se enteró que una persona que estaba al cuidado de su abuela había estado en contacto con alguien que contrajo el virus.

“Me quedé en shock, porque no lo quería creer, no me podía explicar cómo lo obtuve. Yo tenía toda la intención de cuidarme, cuidar a mi madre, a mi abuela, porque yo iba un día a la semana a verlas, con todas las precauciones”, explica. El sentimiento de culpa en algún momento lo martirizó. “Uno se pregunta, ¿fui yo que traje el virus? En la mente tú comienzas a hacerte esa pregunta”.

Ante la incredulidad de personas que se resisten a tomar este virus con seriedad, Pichardo comenta: “Esto es real. Siempre ando por los vecindarios y veo a las personas que no usan su máscara, están afuera y esto es real. Lo más importante es que no es sobre esa persona, sino las otras personas que puedan contaminar con el virus como un amigo, un familiar, alguien con diabetes, por ejemplo”. Para él lo más difícil en este proceso fue estar alejado de su familia. “No estar junto con mi familia sino estar aislado. No poder estar junto a mi madre y mi abuela, en estos tiempos difíciles. No poder darle un abrazo a mi madre. Ya van casi dos meses que no hemos podido abrazarnos y estar en contacto. No poder tener un funeral con la familia cuando falleció mi abuela y madre de crianza”.

“Llevé el virus a mi casa”

Amadol Lora fue el primer sorprendido cuando supo que tenía coronavirus. Aunque trabaja en una labor que lo pone en contacto con una fuente de contaminación, como es la basura, en su rol de conductor de camión en la Ciudad de Providence, por requerimientos de la actividad que realiza él siempre toma medidas de prevención para protegerse, y especialmente por la pandemia, ha venido usando desde el principio guantes y mascarilla.

“El miércoles Santo, llegué a mi casa y en la noche tuve una fiebre muy alta, dolor de cabeza, de garganta. Al otro día siguieron los síntomas”. Varios días después, cuando pudo hacerse la prueba, el resultado al COVID-19 salió positivo. Después que el se enfermó, se contagiaron también su esposa, su madre, y aunque con síntomas leves (él cree que fue asintomático), posiblemente su hijo de 20 años.

Tanto Lora como su esposa tuvieron fiebre, malestar general, pérdida del gusto y el olfato. “Luego cayó mi mamá, que fue la principal víctima”, recuerda. Su madre estuvo 11 días en cuidados intensivos, tiempo durante el cual ni él ni sus hermanos pudieron verla o hablar con ella. Fue una experiencia tan difícil la que vivió esta familia, que todavía hoy, a más de tres meses del fallecimiento de su ser querido, ellos tienen dudas acerca de cómo sucedieron las cosas realmente.

“Esos días fueron de incertidumbre, de albergar esperanzas. No sabíamos nada, solamente lo que nos decían por teléfono en el hospital. Había días que no recibíamos ninguna información. Un día nos dijeron que ella estaba mejor, que el azúcar estaba controlado. Al otro día nos dijeron que estaba muy débil. A mi hermana incluso una enfermera le dijo que debíamos recordarla como ella fue en vida. Eso nos hizo preguntarnos si era que mi madre ya estaba muerta y no nos habían dicho nada”.

Lora habla con gran pesar al recordar que fue el primero en la familia al enfermarse. “A veces uno se siente hasta culpable. Yo llevé el virus a la casa. Mi mamá no salía. Yo era que la sacaba, la llevaba a la iglesia, al cementerio a la tumba de mi papá”. En el lugar donde reside, en una vivienda de tres familias, el COVID hizo estragos. A los cuatro pisos (incluido el “basement”, llegó el virus. En el tercer nivel se enfermaron una adolescente y su tía, en el segundo piso una pareja de esposos, en el primer piso se contagiaron Lora, su madre y su esposa; y un familiar que vive en el basement, también se contagió.

Este es su mensaje para quienes no se cuidan lo suficiente frente: “Yo les diría que esto no es relajo, que perdí a mi mamá y conozco a más personas que han pasado por lo mismo. En Nueva York sé de una familia donde de cuatro hermanos murieron tres. Vivían en dos casas que prácticamente se quedaron vacías”.

“Pónganse la mascarilla”

El aspirante a Representante Estatal Angel Suberví, también compartió su historia. Fue a finales de febrero, a regreso de un viaje a Florida, cuando todo comenzó. Fiebres continuas de hasta 105 grados, mareos, náuseas, diarreas, dolor en el pecho y problemas renales fueron los síntomas que le afectaron. Llegó a perder 25 libras de peso en solo dos semanas. En aquel momento no había sitios de pruebas del COVID todavía en Rhode Island. Un examen de anticuerpos que le practicaron hace más de un mes, arrojó que había tenido el virus.

“Fue crítico. Tuve unos problemas de salud tan fuertes que llegué a pensar que me iba a morir”, recordó Suberví, quien a pesar de todo se mantuvo recluido en su casa, por recomendación médica, pues en aquel momento no era posible determinar si tenía o no el coronavirus.

El COVID-19 golpeó a Suberví también desde otro ángulo. En República Dominicana, su padre, el reconocido dirigente político Fello Suberví Bonilla también enfermó por el virus. Estuvo internado tres semanas en cuidados intensivos, en condición delicada, pero logró recuperarse. “Fue difícil. No teníamos contacto con él y sólo recibíamos información sobre su estado cada dos días cuando salía el médico a hablar con la familia”.

Suberví termina su testimonio con estas palabras: “Esto es serio, no es algo que nadie se ha inventado. No lo creemos hasta que nos afecta directa o indirectamente. Pongámonos la mascarilla y respetemos las reglas. Debemos hacerlo por nosotros y por quienes nos rodean".

Impacto entre latinos

A nivel nacional, los hispanos o latinos ocupan el tercer lugar entre los grupos poblaciones con la tasa de mortalidad más alta por el COVID-19 (34 de cada 100 mil), antecedido por los nativos americanos (37) y los afroamericanos (70), de acuerdo con datos del COVID-19 Tracking Project, que presentó estadísticas basadas en el impacto del virus según la raza.

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Ybelka Peña clama por justicia en el asesinato de su hijo Cristian, ocurrido en Providence hace tres años, y por cuyo crimen todavía no hay arrestos ni castigo.

PROVIDENCE, RI.- La herida que se abrió en aquel amanecer fatídico sigue latente para la familia de Cristian Peña, y se hace más dolorosa cada día, ante la impunidad que rodea el caso de su asesinato, por el cual no ha habido apresados ni castigo, a casi tres años de haber ocurrido la tragedia.

“No han dicho nada, nadie se ha comunicado conmigo. Este año entero no recibí ni una llamada, un mensaje, una explicación. Nada. Al parecer ellos han estado muy ocupados. Todavía sigo esperando por una reunión con el jefe de la policía”, dice con tristeza Ybelka Peña, madre del joven de 23 años, muerto a tiros la madrugada de Año Nuevo del 2018, en Providence, en circunstancias aun no esclarecidas por las autoridades.

Peña se lamenta de que ni siquiera ha podido conseguir los resultados de la autopsia de su hijo, a pesar de haber completado los formularios y realizar el pago correspondiente. “Me dijeron que no me podían entregar el resultado porque el caso de mi hijo sigue abierto. Si el caso dura 20 años, entonces me quedaré sin respuesta”, se lamenta esta madre, de origen dominicano.

Peña asegura que aunque tanto ella como su familia han continuado con sus vidas, ya nada es igual para ellos, tras la pérdida de su ser querido. “Esto ha sido demasiado grande. No solo para mi. Con la muerte de Cristian mi familia entera se enterró, cambió completamente. Lo que más me duele es que para la policía es simplemente uno menos en la calle”, expresó con voz entristecida.

A su hijo Cristian le sobrevive una pequeña de dos años, Mía Cristina, que llegó a este mundo poco después de que unos criminales le arrancaran la vida a balazos a su padre. “Ella ama su memoria, pero lastimosamente no lo conoció. Estoy segura de que mi hijo hubiera sido un buen padre, porque él era muy amoroso.”

Peña dijo sentirse “horrible”, al ver que a su hijo no se le ha hecho justicia, y ve con impotencia que las autoridades no han actuado en su caso con la misma diligencia con la que han resuelto otros crímenes en corto tiempo. “Para mí, como madre, es muy importante que ellos le den seguimiento al crimen de mi hijo, porque en otros casos se han movido más rápido, no sé a qué se debe eso. Me gustaría que alguien me diga por qué”.

Expresó que le causa mucha tristeza ver que las muertas violentas de jóvenes en Providence van en aumento, que las autoridades policiales de esta ciudad “no están haciendo nada, mientras los jóvenes están armados hasta los dientes”, indicó. Se quejó de que “la Policía al parecer quiere que sean los amigos de mi hijo los que busquen justicia por sus propias manos y que se maten entre ellos”.

A las madres que al igual que ella han perdido a sus hijos producto de la violencia armada en las calles de Providence les expresó las siguientes palabras: “Lo siento mucho. Sé por lo que están pasando. No pierdan la fe y que se agarren de Dios porque los tiempos de Dios son perfectos y él decide cuándo y cómo nos vamos; pero es importante que no se queden calladas, que reclamen justicia para sus seres queridos”-

Al jefe de la Policía de Providence le pidió que se ponga en su lugar. “El tiene hijos y estoy segura de que, como padre, no quisiera que le pase algo así a un hijo de él. Estos jóvenes que han caído por la violencia no son perfectos, cometieron sus errores, pero son seres humanos”.

Acontecer Latino contactó al jefe de Detectives de la Policía de Providence, mayor David Lapatin, en busca de su reacción, pero no fue posible obtener una respuesta inmediata. A través de un mensaje de texto Lapatin dijo que se encontraba trabajando a tiempo completo en tareas relacionadas con el impacto de la tormenta invernal que afectó este miércoles y jueves a Rhode Island y otras partes de la costa este del país, y prometió que ofrecería declaraciones sobre el caso este jueves.

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David Norton aspira a ocupar la Alcaldía de Pawtucket, con la visión de dar mayor importancia a la gran diversidad racial y cultural de esa ciudad, en la que también se propone impulsar políticas para mejorar la economía y bajar los impuestos .

PAWTUCKET, RI.- Haber vivido en otros continentes, tener una visión multi-cultural, ser profesor, dueño de negocio y ex militar, además de un consagrado activista comunitario, son algunos de los principales activos en la carta de presentación de David Norton, y parte de las habilidades que, a su juicio, lo convierten en un candidato con la sensibilidad y experiencia necesarias para ser el próximo alcalde de la ciudad de Pawtucket.

“Los votantes de Pawtucket deberían elegirme porque estoy en una posición única para gestionar los enormes desafíos sociales y económicos a los que nos enfrentamos en nuestro país, estado y ciudad”, expresó Norton, quien también forma parte como dirigente y/o miembro de varias organizaciones sin fines de lucro.

El aspirante a alcalde respondió a preguntas de Acontecer Latino en relación con sus aspiraciones y planes, y la visión que tiene para Pawtucket.

Acontecer Latino (AL): ¿Cuáles son las áreas principales de su propuesta?

DN: La idea central que lidera todas mis políticas para la ciudad de Pawtucket es un gran cambio profundo a nivel social y económico. A nivel social, una de mis ideas principales es cambiar las prácticas de contratación en la ciudad. En este sentido, el modelo que propongo debe incluir evaluaciones en diferentes idiomas para poder premiar así a los candidatos a empleados de la administración con cuatro puntos extra por cada idioma en el que sean competentes. Los idiomas a valorar serían el español, criollo caboverdiano, portugués y francés. Esta política de cambio aceleraría el sistema de contratación de individuos plurilingües y multiculturales que se necesitan de manera desesperada desde la ciudad, especialmente en el momento social y crisis de salud pública en el que nos encontramos.  Este tipo de política ayudaría fundamentalmente a cambiar el nivel de aceptación de la diversa comunidad que es Pawtucket y pondría en valor el uso de más idiomas que el inglés. En cuanto a mi programa económico una de mis propuestas principales es no utilizar de ninguna manera el dinero de los contribuyentes para lo que ahora se conoce como una propuesta de construcción de un estadio de fútbol creada para lucrar inversores de fuera de la ciudad. ¿Qué significa este cambio? Que salvaremos nuestro dinero y energía para invertirlo en aquello que importa de verdad, como es la crisis económica y de salud pública a la que nos vamos a enfrentar en los próximos meses, quizá años. También he declarado mi oposición a las reciente nueva ley de propiedad propuesta por el Estado y que solo afecta a los residentes de Pawtucket, puesto que está conectada a la famosa propuesta del estadio de fútbol. Es una ley que se ha modificado para permitir que la ciudad se apropie de propiedades en el mercado único y no exija ningún tipo de deterioro, lo cual es extremadamente injusto para los residentes y favorece a los desarrolladores. También pondré fin a las ventas de agua e impuestos de los hogares de Pawtucket ya que creo que de alguna manera podrían estar impulsadas por la necesidad de los desarrolladores.

AL¿Cuál es su plan para abordar la pobreza en la ciudad de Pawtucket?

DN: Mi plan para abordar la pobreza en Pawtucket es promover una economía de bienes y servicios especializados. Imagino cientos de pequeñas tiendas especializadas, restaurantes, agencias de viajes, agencias de traducción e interpretación, y cosas por el estilo. Nuestro mayor activo en Pawtucket es nuestra diversidad. Tenemos productos y servicios que son únicos y buscados por muchos clientes de fuera de la ciudad y del estado. Quiero conectar nuestras diversas comunidades de manera que todos podamos disfrutar de bienes y servicios únicos. Este cambio mueve el foco lejos de los desarrolladores adinerados u otras grandes corporaciones y lo pone en pequeñas empresas familiares con productos especiales. Esto es lo que verdaderamente protegerá nuestra economía local de los choques económicos como podrían ser la juguetera Hasbro dejando eventualmente la ciudad o los ya perdidos PawSox, que ya anunciaron su marcha el año pasado. 

AL: ¿Cómo enfrentaría la desigualdad basada en el estatus racial y migratorio que enfrentan muchos residentes en su municipio? 

DN: El caso de la desigualdad es algo que me preocupa profundamente. Como ya he mencionado el primer paso para acabar con ella sería cambiar las prácticas de contratación de la ciudad. Para conseguirlo haría saber, informaría de una vez por todas, que los residentes de nuestra comunidad, residentes permanentes incluidos, tienen pleno derecho a solicitar puestos de trabajo en la ciudad y en el departamento escolar. ¡Les necesitamos! Nos hacen falta sobremanera sus habilidades lingüísticas y su perspectiva única. Como alcalde quiero hacer llegar a la gente que todas las personas son bienvenidas a Pawtucket independientemente de su estado migratorio. Mi propia experiencia hace que entienda muy bien el racismo y la discriminación. Mi esposa y mi hija son inmigrantes japonesas y hemos sentido un poco de racismo mientras vivíamos aquí. Apoyo la licencia para todos y todas, y, por supuesto, un camino abierto hacia la ciudadanía para aquellas personas que lo deseen. 

AL¿Cuál dirías que es la grandeza de Pawtucket y qué harías para mantenerla?

DN: La mayor grandeza de Pawtucket es su diversidad. Debemos trabajar para promover nuestra diversidad y singularidad. Necesitamos asegurarnos de no excluir a otros de nuestra comunidad por motivos de raza, estatus migratorio, orientación sexual, religión u origen nacional. No solo debemos mantener nuestra diversidad, sino que debemos promoverla.

AL: ¿Qué se está haciendo ahora que usted haría diferente?

DN: En cuanto a qué haría de manera diferente de la administración actual, de entrada, cambiaría por completo la visión de la ciudad. Estoy hablando de cambios tanto económicos como sociales, algunos de los cuales ya he esbozado anteriormente. No permitiré usar el dinero de los contribuyentes para construir un estadio de fútbol para inversionistas adinerados mientras la gente esté desempleada, sin hogar y necesite la ayuda de la ciudad. No permitiré que los trabajadores de la ciudad y los empleados del departamento escolar sean en su mayoría blancos y en su mayoría solo hablantes de inglés dada nuestra increíble diversidad. No permitiré que los niños y niñas latinos y afroamericanos se desempeñen cerca de las notas más bajas de la nación. Llevaré la ciudad en otra dirección porque lo que estamos haciendo actualmente es fallar y excluir. 

AL: ¿Cómo involucraría a la comunidad latina en la toma de decisiones en la ciudad?

DN: Involucraré a la comunidad latina en la toma de decisiones de la ciudad contratando hispanohablantes e integrando la cultura hispana en nuestro ayuntamiento y nuestro sistema escolar. Deseo que todas las comunicaciones de la ciudad y del departamento escolar estén siempre disponibles en español, todas ellas, hasta los correos electrónicos o la correspondencia postal que los padres reciben de los directores o maestros.

AL: ¿Por qué los votantes de Pawtucket deberían elegirlo a usted?

DN: Los votantes de Pawtucket deberían elegirme porque estoy en una posición única para gestionar los enormes desafíos sociales y económicos a los que nos enfrentamos en nuestro país, estado y ciudad. Se avecina un futuro impredecible en un momento muy desafiante. He vivido en Europa y Asia durante muchos años y me he enfrentado a los mismos desafíos que viven a diario muchos de los nuevos residentes de Pawtucket: mudarse a un nuevo país, aprender un nuevo idioma y superar los obstáculos de la discriminación racial y social. También he servido en el ejército, y me he enfrentado a desafíos a los que no tuve más remedio que adaptarme. Por eso soy un buen candidato, y pido el voto de los residentes, he aprendido a adaptarme a los desafíos físicos y mentales y tengo las habilidades de liderazgo que más se necesitan en este momento de crisis.

AL: ¿Cuál es su historial profesional, político y personal?

DN: Soy un veterano del ejército de Estados Unidos, ex profesor de inglés, emprendedor y un orgulloso esposo y padre. He enseñado ELS (inglés como idioma secundario) y clases de ciudadanía aquí en Rhode Island durante muchos años. Creé, fui propietario y dirigí mi propia escuela de inglés en Japón durante diez años, donde viví como inmigrante con mi esposa e hija. Comencé mi propio negocio de marketing en Internet como consultor de pequeñas empresas locales y lo ejecuté hasta que COVID-19 nos golpeó. Me he ofrecido como voluntario y soy miembro de la junta y miembro general de varias organizaciones sin fines de lucro de Rhode Island, incluidas Veteran's of Foreign Wars Gatchell Post 306, la Coalición de Rhode Island contra la violencia armada, los demócratas progresistas de Rhode Island y el Desarrollo de la comunidad estadounidense de Cabo Verde de Rhode Island. 

 

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La nueva ley permite a los conductores utilizar un sistema o accesorio de manos libres en el automóvil, como Bluetooth. Si un oficial de policía observa que usted sostiene un teléfono mientras conduce, se le ordenará detenerse y se le puede imponer una multa de hasta $100.

 

PROVIDENCE, RI.- Justo dentro de una semana, a partir de hoy, entrará en vigencia en Rhode Island la ley que prohíbe el uso del celular mientras se maneja un automóvil. La legislación explica de manera taxativa que los conductores solo podrán utilizar sus teléfonos móviles mediante un dispositivo de manos libres, o podrían ser multados con hasta $100 dólares. 

En una convocatoria de prensa conjunta, realizada en Providence, el Departamento de Transporte y la Policía Estatal de Rhode Island se unieron a líderes federales y estatales para destacar la entrada en vigencia de la nueva “Ley de manos libres”, el primero de junio de este año. 

Durante la conferencia, realizada en la sede principal de AAA, los funcionarios discutieron los beneficios de la nueva ley, señalando que la conducción distraída asociada al uso de dispositivos electrónicos personales “es un problema creciente que ocasiona muertes innecesarias y lesiones graves”. 

Según un informe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras en 2015, la conducción distraída cobró casi 3,500 vidas y ocasionó lesiones graves a cerca de 400,000 personas. 

"Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a usar dispositivos móviles en casi todos los aspectos de nuestras vidas, incluso en nuestros automóviles... manejar distraído es extremadamente peligroso", apuntó la senadora Susan Sosnowski, patrocinadora de la ley, conjuntamente con la representante estatal Kathleen A. Fogarty. Esta última añadió que los jóvenes son especialmente vulnerables, como señala un reporte del Departamento de Transporte, en el que se indica que el 10% de los conductores menores de 20 años involucrados en accidentes fatales se 'distrajeron' en el momento del choque. 

¿Qué dice la ley? 

La nueva ley permite a los conductores utilizar un sistema o accesorio de manos libres en el automóvil, como Bluetooth. Si un oficial de policía observa que usted sostiene un teléfono mientras conduce, se le ordenará detenerse y se le puede imponer una multa de hasta $100. La violación de esta ley por primera vez puede ser exonerada para los ofensores solo si muestran un comprobante de compra de un dispositivo de manos libres, realizada antes de la multa. 

La ley no incluye ninguna disposición para menores, que ya en Rhode Island tienen prohibido usar un teléfono celular mientras conducen, incluso con un dispositivo de manos libres. La legislación tampoco reemplaza la ley estatal que prohíbe enviar y/o recibir mensajes de texto mientras se está al volante. 

Policía Estatal 

"Con educación y cumplimiento, no hay dudas de que esta nueva ley de manos libres salvará vidas", dijo la coronel Ann C. Assumpico, superintendente de la Policía Estatal de Rhode Island y directora del Departamento de Seguridad Pública. "Haremos nuestra parte para asegurarnos de que los automovilistas comprendan y respeten la nueva ley, que hará que nuestras carreteras sean más seguras para todos". 

Durante el encuentro con medios de comunicación, las autoridades mostraron y hablaron sobre una variedad de dispositivos de manos libres. Destacaron que muchos autos tienen características incorporadas, y que los dispositivos Bluetooth están disponibles en tiendas minoristas y en línea, por lo que recomendaron buscar asesoramiento con “dealers” de autos y en tiendas de que venden dispositivos electrónicos. 

Conductores opinan 

"Creo que es una medida muy acertada. Ya era hora. Pero creo que todo el mundo debe cumplir la ley, incluyendo a los policías que a veces también usan el teléfono mientras manejan. Yo conozco mucha gente que hace eso, manejar y usar el celular. Yo a veces también lo hago y sé que está mal, pero a uno se le pasa y lo hace. Muchos de mis amigos lo hacen también. Yo estoy preparada para cumplir la ley. Ya conecté mi celular al "bluetooth" del vehículo y así puedo recibir llamadas y mensajes de texto sin tener que tocar el teléfono. Lamentablemente por la mala y prohibiéndonos las cosas es que muchas personas entendemos el peligro al que estamos expuestos por ciertos comportamientos", dijo Karla de la Rosa, residente en Providence.

Para Jenifer Gautreaux, también residente en esta ciudad, la nueva ley contribuirá a disminuir la ocurrencia de accidentes automovilísticos en el estado. “Muchos accidentes ocurren porque la gente no está concentrada. Una persona que está manejando no tiene todos sus sentidos activos si al mismo tiempo está mirando o manipulando un celular. Yo he visto gente en la carretera con la cabeza para abajo, mirando el celular, mientras el auto está corriendo. Está bueno ya de que le pongan un freno a conductas tan irresponsables”, indicó.

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