Las rabietas

Breves
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Las rabietas van desde los quejidos y los llantos hasta los gritos, chillidos, patadas, golpes y aguantarse la respiración. Son igual de frecuentes en los niños que en las niñas, y suelen ocurrir entre las edades de 1 y 3 años.

Algunos niños tienen rabietas a menudo, y hay otros que las tienen solo de forma ocasional. Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil. Son la forma que tienen los niños pequeños de mostrar su malestar o su frustración. 

Las rabietas pueden ocurrir cuando los niños están cansados, hambrientos o incómodos; o cuando no pueden conseguir algo (por ejemplo, un objeto o la atención de un padre) que desean. Aprender a afrontar la frustración es una habilidad que los niños desarrollan con el paso del tiempo.

Las rabietas son frecuentes durante el segundo año de vida, un momento en que los niños están empezando a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Puesto que los niños pequeños aún no pueden expresar con palabras lo que quieren, sienten o necesitan, es normal que una experiencia frustrante les provoque una rabieta. Conforme van mejorando sus habilidades lingüísticas, sus rabietas tienden a disminuir.

Los niños de entre uno y tres años desean tener una mayor independencia y un mayor control sobre su entorno, un control mayor del que son capaces de asumir. Esto puede desembocar en luchas de poder, mientras el niño piensa "puedo hacerlo yo solo" o "quiero eso: dámelo". Cuando los niños descubren que no lo pueden hacer solos o que no pueden tener lo que desean, aparecen las rabietas.

Cómo evitarlas

  • Ponga en su hijo mucha atención positiva. Desarrolle el hábito de identificar y reconocer los momentos en los cuales su hijo se porta bien. Recompense a su pequeño con atención y elogios ante comportamientos positivos.
     
  • Conceda a su hijo cierto control sobre cosas pequeñas. Permítale hacer elecciones de poca importancia como "¿Quieres jugo de naranja o de manzana?" o "¿Prefieres lavarte los dientes antes o después de bañarte?". De este modo, usted no le preguntará "¿Quieres lavarte los dientes ahora?", lo que inevitablemente llevaría aparejado como respuesta un "no".
  • Mantenga los objetos prohibidos fuera de la vista y del alcance de su hijo. Esto reducirá las probabilidades de que luche por alcanzarlos. Obviamente, esto no siempre es posible, sobre todo fuera de su casa, donde no puede controlar el entorno.
     
  • Distraiga a su hijo. Aprovéchese de la brevedad del alcance de la atención de un niño pequeño y ofrezca a su hijo algo distinto a lo que reclama pero no puede tener. Empiece por nueva actividad que sustituya a la actividad frustrante o prohibida. O limítese a cambiar de ambiente. Lleve a su hijo a un interior o a un exterior, o bien cámbiense de habitación.
  • Ayude a su hijo a aprender nuevas habilidades y a tener éxito. Ayude a su hijo a prender a hacer cosas nuevas. Elógielo para ayudarle a sentirse orgulloso de lo que es capaz de hacer. Así mismo, empiece por cosas sencillas antes de avanzar hacia tareas más desafiantes.
  • Cuando su hijo le pida algo, considere atentamente su petición. ¿Es excesiva? Tal vez no lo sea. Elija sus batallas; y adáptese cuando pueda.
  • Conozca los límites de su hijo. Si sabe que su hijo está cansado, no es el mejor momento para ir al supermercado ni para hacer recados.

Si hay cuestiones de seguridad implicadas y su hijo repite la conducta prohibida después de que se le haya dicho que deje de hacerlo, utilice la pausa obligada, tiempo de descanso (o "tiempo fuera") o sujete al niño firmemente durante varios minutos. Sea congruente. No ceda nunca en los temas de seguridad. (Fuente: Kids Health)

 

BLOG COMMENTS POWERED BY DISQUS