El proceso tendrá lugar en la prisión de Guantánamo (Cuba), donde están recluidos los individuos, entre ellos Khalid Shaikh Mohammed, considerado cerebro del 11-S, en custodia de Estados Unidos desde 2003 y en la base militar desde 2006.

Nueva York, 30 ago (EFE).- El juicio en el que se pueden enfrentar a pena de muerte cinco hombres imputados en Estados Unidos como organizadores de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que mataron a casi 3.000 personas, comenzará el 11 de enero de 2021, según adelantó este viernes The New York Times.

El proceso tendrá lugar en la prisión de Guantánamo (Cuba), donde están recluidos los individuos, entre ellos Khalid Shaikh Mohammed, considerado cerebro del 11-S, en custodia de Estados Unidos desde 2003 y en la base militar desde 2006, indica el diario, que ha elaborado la noticia en colaboración con el Pulitzer Center on Crisis Reporting.

El juez Shane Cohen, de las Fuerzas Aéreas, ha decidido así la fecha en la que empezará la selección del jurado militar en Camp Justice, el tribunal de guerra que se organizará en la base de Cuba, casi 20 años después de los atentados coordinados en Nueva York, Washington y Pensilvania.

El rotativo publica una orden del juez que incluye un calendario para que el proceso judicial se inicie en enero de 2021, y que sitúa en primer lugar el próximo 1 de octubre como la fecha límite para que los fiscales entreguen una lista de materiales a los abogados defensores de los individuos.

Los cinco individuos procesados fueron imputados en el caso el 5 de mayo de 2012, en una sala especial de seguridad nacional en un tribunal de Guantánamo, y es la primera vez que un juez establece una fecha de comienzo para el juicio, pese a las solicitudes de los fiscales desde 2012 a dos magistrados anteriores.

Están acusados de conspirar para organizar los atentados, en los que 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales: dos de ellos fueron estrellados contra las Torres Gemelas, otro contra el Pentágono y otro en un campo de Pensilvania. Como resultado, murieron 2.976 personas.

Además del cargo de conspiración, están imputados por cometer asesinatos en violación de la ley de guerra, de atacar a civiles y de terrorismo, y de ser condenados se pueden enfrentar a la pena de muerte, cuyo método lo decidiría el secretario de Defensa.

La selección del jurado, compuesto de doce personas y cuatro suplentes, puede alargarse meses, ya que EE.UU. tiene que fletar a sus militares desde tierra hasta Guantánamo y de vuelta debido al escaso alojamiento en la base, lo que podría acercar la fecha del enjuiciamiento al 20 aniversario de los ataques terroristas.

Uno de los problemas que debe resolver el juez, señala el Times, es qué pruebas se utilizarán en el juicio, para lo que los abogados defensores intentarán en una serie de audiencias que se excluyan confesiones que los acusados hicieron al FBI en 2006, tras años de torturas por parte de la CIA.

Otra de las dificultades del proceso tiene que ver con los protocolos que se seguirán para realizar resonancias magnéticas a los detenidos para ver si han sufrido daños cerebrales o lesiones físicas, en cuyo caso la defensa podría argumentar en contra de su ejecución, si se les condena por los delitos.

El tribunal de guerra aúna la disciplina federal y la militar; los fiscales trabajan para los departamentos de Justicia y de Defensa, mientras que los acusados tienen abogados militares y civiles pagados por el Pentágono, explica el diario.

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En las pasadas elecciones presidenciales, Castro fue uno de los nombres que sonó como posible compañero de candidatura de Hillary Clinton, aunque finalmente el senador Tim Kaine fue el elegido como candidato demócrata a la Vicepresidencia.

Washington, 12 ene (EFE).- El demócrata Julián Castro, que fue secretario de Vivienda en el Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017), confirmó hoy su candidatura de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2020.

"Yo soy candidato a presidente de los Estados Unidos", dijo Castro, de 44 años y origen mexicano, primero en inglés y luego en español ante sus seguidores en San Antonio (Texas), ciudad de la que fue alcalde entre 2009 y 2014, siendo el alcalde más joven de una de las 50 ciudades más importantes de Estados Unidos en ese momento. "Cuando mi abuela llegó aquí hace casi cien años, estoy seguro de que jamás habría imaginado que solo dos generaciones después, uno de sus nietos sería miembro del Congreso de EEUU y el otro estaría aquí delante de ustedes diciendo estas palabras", agregó en referencia a su hermano, Joaquín, legislador federal por el estado texano.

En las pasadas elecciones presidenciales, Castro fue uno de los nombres que sonó como posible compañero de candidatura de la demócrata Hillary Clinton en los comicios presidenciales de 2016, aunque finalmente el senador Tim Kaine fue el elegido como candidato demócrata a la Vicepresidencia.

La noticia sobre su posible candidatura llega después de que la senadora demócrata Elizabeth Warren, una de las figuras más populares y progresistas del Partido Demócrata, anunciase a comienzos de año que planea competir por la Presidencia en las elecciones de 2020.
Junto a Warren y Castro, también han confirmado su intención de competir en las primarias demócratas los legisladores John Delaney (Maryland) y Tulsi Gabbard (Hawái).

Se espera que este grupo continúe ampliándose en las próximas semanas, y entre el que los demócratas escogerán a quien se enfrentará en las elecciones al actual presidente, el republicano Donald Trump, quien ya ha afirmado que buscará la reelección.

En 2012, Castro pronunció un discurso de apertura en la Convención Nacional Demócrata, durante la cual describió el sueño americano como un relevo que se transmite de generación en generación. En 2018, Castro fundó Opportunity First, una organización para invertir en la próxima generación de líderes progresistas.

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"En 2001, cuando era un profesor en Vancouver, asistí a una fiesta. El tema fue las Mil y una noches. Me disfracé de Aladino y me maquillé. No lo debería haberlo hecho. Debí haber sabido que no era adecuado, pero lo hice y realmente lo siento", declaró Trudeau en rueda de prensa. 

Toronto, Canadá, 19 de septiembre, (EFE).- El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reconoció este miércoles que en 2001 posó en una fotografía disfrazado de Aladino y con la piel pintada de negro, una imagen que él mismo calificó de "racista" y que sale a la luz a un mes de las elecciones generales.

La imagen fue revelada por la revista estadounidense "Time", lo que obligó a Trudeau a reconocer que la fotografía fue tomada en 2001 durante una fiesta de disfraces en una prestigiosa escuela privada de Vancouver (Canadá) donde ejercía de profesor.

En la imagen, Trudeau aparece sonriente, vestido con ropajes orientales y un turbante en la cabeza, la piel pintada de negro y rodeado de cuatro mujeres. Trudeau tiene sus manos alrededor del cuello y la cintura de una de las mujeres.

El primer ministro canadiense, que entonces tenía 29 años, es el único con la piel oscurecida.

Tras la aparición de la imagen, Trudeau, que se encuentra en plena campaña electoral de cara a las elecciones generales que se celebrarán el 21 de octubre, se vio forzado a comparecer ante los medios de comunicación para declarar que "lamenta profundamente" haberse disfrazado con la cara pintada.

"En 2001, cuando era un profesor en Vancouver, asistí a una fiesta. El tema fue las 1.001 y una noches. Me disfracé de Aladino y me maquillé. No lo debería haberlo hecho. Debí haber sabido que no era adecuado, pero lo hice y realmente lo siento", declaró Trudeau.

A preguntas de los medios de comunicación, Trudeau reconoció que la imagen, que tiene profundas connotaciones, es "racista" aunque no lo consideró "racista en su momento".

En Norteamérica, que una persona blanca se pinte la cara para representar a una persona de color es considerado racista desde hace décadas.

Pero Trudeau se negó a contestar si creía que debería presentar su dimisión dado que varios candidatos a diputado para las elecciones generales de octubre han tenido que renunciar tras descubrirse posiciones racistas en antiguos mensajes en medios sociales.

Trudeau también reconoció que no era la única ocasión en la que se disfrazó y se "maquilló" como una persona de color.

"Cuando estaba en la escuela secundaria me disfracé en una actuación que canté 'Day-O' con maquillaje", explicó Trudeau.

Preguntado qué dirá al electorado, Trudeau afirmó que pedirá a los canadienses que le perdonen: "Fue algo estúpido que desearía no haber hecho pero que hice y por lo que me disculpo".

Precisamente, uno de sus rivales de cara a las elecciones de octubre, el líder del tercer partido canadiense, el socialdemócrata Nuevo Partido Demócrata (NPD), Jagmeet Singh, es de origen sij y siempre viste con un turbante.

Singh, el primer miembro de una minoría visible que lidera un de los grandes partidos canadienses, declaró tras la publicación de la foto que el comportamiento de Trudeau es un insulto para muchos canadienses de color.

"Lo que representa es mofarse de alguien por su vida y por lo que son sus experiencias vitales. Creo que necesita responder por sus acciones. Creo que necesita responder la cuestión de porqué lo hizo", dijo Singh.

"El racismo es real -añadió el líder socialdemócrata-. La gente en esta sala lo ha sentido, ha oído esta historia. Lo he experimentado en mi vida. Tiene que responder esas cuestiones".

Lo que Trudeau tampoco explicó es porqué ha esperado hasta que la foto ha aparecido para disculparse por una acción que sabía que era racista y que la prueba de sus acciones existía y estaba al alcance de muchas personas.

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Wilmington, 7 de noviembre (EFE).- La vicepresidenta electa, Kamala Harris, celebró este sábado su elección como primera mujer que llega a la Casa Blanca en la historia del país y prometió romper barreras para que otras mujeres puedan llegar a ese cargo.

En un emotivo discurso de victoria en Wilmington (Delaware), Harris agradeció a los estadounidenses haber votado por "la esperanza, la unidad, la decencia, la ciencia y la verdad", para dar pie a "un nuevo día" en el país.

"Aunque puede que yo vaya a ser la primera mujer en este cargo, no seré la última. Porque cada niña pequeña que nos está viendo esta noche ve que este es un país de posibilidades", afirmó Harris.

Vestida de blanco, como las sufragistas, el mismo año en el que se cumplió el centenario del derecho de las mujeres a votar en Estados Unidos, Harris aseguró que no habría llegado a donde está si no fuera por esas activistas, y por las millones de estadounidenses que participaron en las elecciones este año.

También homenajeó a las "generaciones de mujeres, mujeres negras, asiáticas, blancas, latinas y nativas estadounidenses de toda la historia, que han abierto el camino para el momento de esta noche".

"Mujeres que lucharon y sacrificaron tanto por la igualdad, la libertad y la justicia para todos, incluidas las mujeres negras, a las que a menudo no se tiene en cuenta, pero que a menudo demuestran que son la columna vertebral de nuestra democracia", agregó.

Además, Harris tuvo un mensaje para todos los niños del país, independientemente de su género: "Sueñen con ambición, lideren con convicción, y atrévanse a mirarse a sí mismos de una forma en la que otros no les han visto, simplemente porque nunca lo han visto antes".

La aún senadora demócrata por California dio su discurso justo antes de la intervención del presidente electo de EE.UU., Joe Biden, y le agradeció el haber "tenido la audacia" de "elegir a una mujer como su vicepresidenta".

"Intentaré ser la vicepresidenta que Joe Biden fue para el presidente (Barack) Obama: leal, honesta y preparada, despertándome cada día pensando en ustedes y sus familias", garantizó.

Harris se comprometió a trabajar "para salvar vidas y derrotar la pandemia", para reconstruir la economía y combatir la crisis climática, y para "eliminar de raíz el racismo sistémico en el sistema de justicia y la sociedad" del país, un clamor de las protestas de este año en Estados Unidos.

Su discurso comenzó con una cita del líder del movimiento de los derechos civiles John Lewis, fallecido este año: "La democracia no es un estado, es un acto", y la usó para reflexionar sobre la "lucha y el sacrificio" que supone "proteger" esa forma de Gobierno y lo importante que es.

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"En 2001, cuando era un profesor en Vancouver, asistí a una fiesta. El tema fue las Mil y una noches. Me disfracé de Aladino y me maquillé. No lo debería haberlo hecho. Debí haber sabido que no era adecuado, pero lo hice y realmente lo siento", declaró Trudeau en rueda de prensa. 

Toronto, Canadá, 19 de septiembre, (EFE).- El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reconoció este miércoles que en 2001 posó en una fotografía disfrazado de Aladino y con la piel pintada de negro, una imagen que él mismo calificó de "racista" y que sale a la luz a un mes de las elecciones generales.

La imagen fue revelada por la revista estadounidense "Time", lo que obligó a Trudeau a reconocer que la fotografía fue tomada en 2001 durante una fiesta de disfraces en una prestigiosa escuela privada de Vancouver (Canadá) donde ejercía de profesor.

En la imagen, Trudeau aparece sonriente, vestido con ropajes orientales y un turbante en la cabeza, la piel pintada de negro y rodeado de cuatro mujeres. Trudeau tiene sus manos alrededor del cuello y la cintura de una de las mujeres.

El primer ministro canadiense, que entonces tenía 29 años, es el único con la piel oscurecida.

Tras la aparición de la imagen, Trudeau, que se encuentra en plena campaña electoral de cara a las elecciones generales que se celebrarán el 21 de octubre, se vio forzado a comparecer ante los medios de comunicación para declarar que "lamenta profundamente" haberse disfrazado con la cara pintada.

"En 2001, cuando era un profesor en Vancouver, asistí a una fiesta. El tema fue las 1.001 y una noches. Me disfracé de Aladino y me maquillé. No lo debería haberlo hecho. Debí haber sabido que no era adecuado, pero lo hice y realmente lo siento", declaró Trudeau.

A preguntas de los medios de comunicación, Trudeau reconoció que la imagen, que tiene profundas connotaciones, es "racista" aunque no lo consideró "racista en su momento".

En Norteamérica, que una persona blanca se pinte la cara para representar a una persona de color es considerado racista desde hace décadas.

Pero Trudeau se negó a contestar si creía que debería presentar su dimisión dado que varios candidatos a diputado para las elecciones generales de octubre han tenido que renunciar tras descubrirse posiciones racistas en antiguos mensajes en medios sociales.

Trudeau también reconoció que no era la única ocasión en la que se disfrazó y se "maquilló" como una persona de color.

"Cuando estaba en la escuela secundaria me disfracé en una actuación que canté 'Day-O' con maquillaje", explicó Trudeau.

Preguntado qué dirá al electorado, Trudeau afirmó que pedirá a los canadienses que le perdonen: "Fue algo estúpido que desearía no haber hecho pero que hice y por lo que me disculpo".

Precisamente, uno de sus rivales de cara a las elecciones de octubre, el líder del tercer partido canadiense, el socialdemócrata Nuevo Partido Demócrata (NPD), Jagmeet Singh, es de origen sij y siempre viste con un turbante.

Singh, el primer miembro de una minoría visible que lidera un de los grandes partidos canadienses, declaró tras la publicación de la foto que el comportamiento de Trudeau es un insulto para muchos canadienses de color.

"Lo que representa es mofarse de alguien por su vida y por lo que son sus experiencias vitales. Creo que necesita responder por sus acciones. Creo que necesita responder la cuestión de porqué lo hizo", dijo Singh.

"El racismo es real -añadió el líder socialdemócrata-. La gente en esta sala lo ha sentido, ha oído esta historia. Lo he experimentado en mi vida. Tiene que responder esas cuestiones".

Lo que Trudeau tampoco explicó es porqué ha esperado hasta que la foto ha aparecido para disculparse por una acción que sabía que era racista y que la prueba de sus acciones existía y estaba al alcance de muchas personas.

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La senadora, de 55 años, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016, y se ha granjeado una fama de ser especialmente dura tanto desde la Fiscalía como en sus intervenciones inquisitivas en las audiencias del Senado.
 
Washington, 12 de agosto (EFE).- La senadora y ex fiscal general de California Kamala Harris fue este martes la elegida por el virtual candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Joseph Biden, para que lo acompañe como su aspirante a la Vicepresidencia en las elecciones del próximo 3 de noviembre.

La senadora se convierte así en la primera mujer negra nominada para vicepresidenta en uno de los dos grandes partidos y tendrá que lidiar con críticas sobre su polémico historial de mano dura como fiscal en la era de las protestas contra la brutalidad policial y el movimiento "Black Lives Matter".

"Tengo el gran honor de anunciar que he seleccionado a Kamala Harris -una intrépida luchadora por el ciudadano de a pie, y una de las mejoras funcionarias públicas- como mi compañera de candidatura", dijo Biden en el mensaje en el que anunció a su compañera de fórmula electoral.

La senadora, de 55 años, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016, y se ha granjeado una fama de ser especialmente dura tanto desde la Fiscalía como en sus intervenciones inquisitivas en las audiencias del Senado.

Harris hace historia al ser elegida por Biden como la primera mujer de color que aspira a la Vicepresidencia de EE.UU., una candidatura que quedará finalmente rubricada en la Convención Nacional Demócrata de mediados de este mes y para la que competía con mujeres de muy alto perfil, como la exembajadora ante las Naciones Unidas Susan Rice y las congresistas Val Demings y Karen Bass.

"Joe Biden puede unir al pueblo estadounidense porque se ha pasado su vida luchando por nosotros. Como presidente, va a contribuir a un Estados Unidos que esté a la altura de nuestros ideales. Es un honor unirme a él como nominada del partido a vicepresidenta y haré lo que sea necesario para que sea nuestro Comandante en Jefe", señaló Harris hoy en Twitter nada más conocerse la decisión de su nominación.

Biden ya dijo cuando afianzó sus aspiraciones como candidato demócrata a presidente que su elección para vicepresidente sería una mujer, mientras que con el correr de los meses comenzó a quedar claro que las favoritas eras todas afroamericanas.

Harris ha tenido una trayectoria fulgurante hacia lo más alto del poder en Washington: graduada en Ciencias Políticas y Economía en Howard University, una de las universidades afroamericanas por excelencia, se especializó en la lucha contra el crimen y fue elegida en 2003 como fiscal general de California en segunda vuelta, cargo para el que fue reelegida en 2007 con el 98 % de los votos.

En diciembre pasado anunció que se retiraba de la contienda por la candidatura presidencial en la que competía contra Biden, quien este martes no dio una gran sorpresa, pues todas las quinielas situaban a Harris como la favorita y la elección menos arriesgada.

El ala más progresistas del partido no ha cesado sus ataques contra Harris desde que dejó claras sus ambiciones, especialmente con el aumento del debate y las protestas contra la brutalidad policial, al considerar que en su tiempo de fiscal fue especialmente dura en su persecución de crímenes menores, que afectan especialmente a las comunidades de color.

"Kamala es un poli" es uno de los ataques más repetidos contra ella tanto por activistas de izquierdas como por aquellos de extrema derecha que quieren incendiar el debate político en las redes sociales.

Harris no ha renegado de su pasado y ha hecho gala durante su camapaña de su perfil de mano dura con el crimen, con el que llevó las condenas de culpabilidad a máximos durante su época como fiscal, pero también a que muchos afroamericanos pasaran largos años en prisión por crímenes que hoy no son ni considerados faltas.

Tras la muerte a manos de la Policía de Mineápolis de George Floyd, que desencadenó protestas en todo el país, Harris aseguró que existe un "racismo sistémico" en Estados Unidos y que "la brutalidad policial es un asunto de vida o muerte para las personas negras en este país".

Harris cuenta con el apoyo del expresidente Barack Obama y su designación es un varapalo para el ala más cercana a la socialdemocracia del Partido Demócrata, que pese a haber estado ganando influencia y escaños en los últimos años, ve cómo el "establishment" vuelve a imponer su voluntad.

"Joe Biden lo ha clavado con su decisión. Al elegir a la senadora Kamala Harris como la próxima vicepresidenta, ha puesto en evidencia su juicio y carácter", aseguró Obama.

 
 
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Tara Reade es una mujer de 56 años que entre diciembre de 1992 y agosto de 1993, cuando tenía 29, trabajó como asistente para Biden, encargada de coordinar a los becarios que trabajaban en la oficina del entonces senador.

Washington, 29 de abril (EFE).- El año pasado, ocho mujeres acusaron al exvicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de tocamientos, besos o abrazos inapropiados. En plena era del #MeToo, estas acusaciones no fueron suficientes para que descarrilara la campaña de Biden, ahora virtual candidato demócrata a la Casa Blanca.

Una de esas mujeres, Tara Reade, ha redoblado ahora su acusación contra Biden con un supuesto abuso sexual ocurrido en los años noventa, un escándalo que persigue al exvicepresidente a falta de seis meses para las elecciones presidenciales. Estas son las claves del caso.

1. ¿QUIÉN ES TARA READE?

Tara Reade es una mujer de 56 años que entre diciembre de 1992 y agosto de 1993, cuando tenía 29, trabajó como asistente para Biden, encargada de coordinar a los becarios que trabajaban en la oficina del entonces senador. Ahora vive en California.

2. LA ACUSACIÓN

Reade asegura que en algún momento durante la primavera de 1993, Biden abusó sexualmente de ella. Según su relato, ella y Biden estaban solos en un edificio de oficinas del Senado cuando el entonces senador la acorraló contra una pared, la manoseó por debajo de la ropa y la penetró con sus dedos.

La mujer hizo pública la denuncia en una entrevista en el podcast de la periodista Katie Halper después de que los principales medios estadounidenses ignoraran, según ella, sus intentos de contactar con ellos.

3. LOS TESTIMONIOS

Dos amigos de Reade han corroborado ante medios estadounidenses que la mujer les había contado el episodio vivido, a uno en 1993 y al otro en 2008. El hermano de Reade también ha dicho que sabía lo ocurrido.

También la madre de Reade, ahora fallecida, en agosto de 1993 llamó en directo al programa de Larry King en la CNN preguntando qué debía hacer su hija ya que había tenido "problemas" con un "importante senador" para el que trabajaba, sin dar más detalles.

Además, esta semana ha dado un paso al frente una antigua vecina de Reade, Lynda LaCasse, que aseguró que en 1995 la exasistente de Biden también le confesó lo sucedido.

"Me dijo que la puso contra la pared y que le levantó con la mano la falda e introdujo los dedos dentro de ella. Estaba devastada, realmente molesta. Estaba llorando", afirmó en una entrevista con The New York Times LaCasse, que también dijo que tiene intención de votar a Biden en noviembre.

4. UNA CARTA NUNCA ENVIADA

En plena era del #MeToo, organizaciones de mujeres prepararon una carta pública instando a Biden a dar la cara y responder a las acusaciones, sin embargo la campaña del exvicepresidente supo de la misiva antes de que viera la luz y su envío quedó suspendido.

"El vicepresidente tiene la oportunidad, ahora, de demostrar cómo se toma en serio acusaciones serias. El peso de nuestras expectativas equivale a la magnitud del cargo al que aspira", apuntaba la carta, filtrada al The New York Times.

5. EL SILENCIO DE BIDEN

Ha pasado un mes desde que Reade hizo pública la acusación y la respuesta de Biden ha sido el silencio. El exvicepresidente ha utilizado sus portavoces para desmentir el relato y su campaña ha redactado un argumentario para su defensa.

Entre los argumentos, utilizados ya por líderes demócratas, está que The New York Times concluyó en una investigación que las acusaciones eran falsas, algo que el rotativo neoyorquino desmintió este miércoles.

El silencio de Biden incomoda dentro del partido, a mujeres, activistas y a la izquierda, que defiende que Reade debe ser escuchada, pero a la vez también preocupa que perjudique las opciones de un candidato al que ya consideraban débil.

6. MUNICIÓN PARA TRUMP

Aunque el presidente, Donald Trump, carga en sus espaldas con una docena de acusaciones por abuso sexual y que ha denigrado a multitud de mujeres en público, la denuncia contra Biden ha llegado como agua de mayo para la campaña del mandatario, en horas bajas por la crisis del COVID-19.

Tanto el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., como el jefe de campaña del presidente, Brad Parscale, utilizando el caso como munición electoral mientras acusan a los demócratas de hipócritas.

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